domingo, 12 de octubre de 2008

B l u e


Ni hacía frío, ni llovía, ni nada.
Y sin embargo el cielo estaba gris y, a lo lejos, los árboles mecían sus copas.
El viento se colaba por las calles, agitando los toldos que resguardaban de un sol ausente a sus preciados escaparates.
No había nadie. No pasaban coches y no se escuchaba más ruido que el susurro de la tela al encorbar su espalda ante las caricias de la brisa.
Y el cielo era azul. Y gris.Como si un color hubiese sucumbido al otro, derritiéndose y entrelazándose el uno con el otro.

Una decena de folios amenazaba con suicidarse de la mesa en la que un hombre ojeaba sus apuntes saboreando la leche, el café y el azúcar. Por separado.
Un molinillo giraba y giraba sobre la cabeza del hombre capaz de disfrutar tres sabores al mismo tiempo. Y el color azul del molinillo se diferenciaba a la perfección del azul del cielo, y de las rayas azules y verdes del toldo de la cafetería donde o bien servían un café del que podías degustar sus ingredientes por separado, o bien poseía una clientela con maravillosas aptitudes culinarias.
Sí, de ese azul.




***

Es domingo.
Ultimamente los aprecio más.

.-.Paciencia, la inspiración se ha ido de vacaciones.-.

- [Psse] Te quiero.

1 comentario:

Yuki, Lord Nieve dijo...

bien sabes que se dice zshuuu a ver que son estos sacrilegios ¿eh?