martes, 21 de octubre de 2008

Senses



Siempe he creído que la memoria del cuerpo era muy larga.
Que el tacto se anuda a las muñecas y los tobillos, deslizando un brazo por la cintura; y se queda ahí, como si fuese el fantasma de unas manos aún acariciando un cuerpo frío.
Y el gusto se retuerce alrededor de la lengua , haciéndola suspirar.
Igual que el oído vibra con tonos y palabras pasadas, aunque el sonido del mar haya arrastrado las voces.
Los ojos, los ojos recuerdan siempre los colores de todos los cielos, para fundirlos y mezclarlos en las baldosas del suelo, y con el verde. El verde.
Por último, el olfato. Es sentirte cerca cuando pasa a mi lado alquien con tu esencia, y oler la arena mojada por el mar, el aroma que se queda durmiendo entre las sábanas cuando te has ido...

Es la memoria de los sentidos. La que queda cuando tú no estás para impedir que salte. La que queda cuando tengo frío y me pregunto dónde estarás.
Es mi unión a todas esas cosas que me he jurado decirte, y aún espero a reunir el valor para ir tachando elementos.
Es la memoria que me acompaña, hasta que pueda volver a construir recuerdos que me duren toda una semana.

Porque se me olvidan los sueños y las realidades y me caigo si no siento una mano sujetándome fuerte.
Porque los lunes de octubre SIEMPRE son los peores, pero ya sólo me queda uno. Y entonces llegará mi preciado invierno.

"Y el cielo se iluminó con su sonrisa,
las estrellas parecían brillar más"

- Dime cosas bonitas.

-
Ale, ya he escrito algo bonito.
Contentos todos. ¬¬

1 comentario:

Ana dijo...

"aún recuerdo el fulgor de su mirada, sus palabras no olvidaré jamás..."

oh, yeah! wacriguri ^^


Saludets!