miércoles, 29 de octubre de 2008

Catarsis

Esta es una de esas veces en las que somos una alegoría de miradas, gestos y caricias.
Como cuando, al despedirnos, te ibas, olvidándote de que aún me tenías cogida de la mano.
Y es que siempre me hace sonreír tu forma de repetirte las normas, diciéndomelas a mí. Y es que esta noche he vuelto a recordarte encontrándote en una de ésas canciones que intoxicaste con tu lengua.
Y me acompaña aún tu olor detrás de las orejas, ésas que siempre se agachan cuando tú te saltas las reglas de nuevo. Me acompaña ese tono de voz, ocho octavas más bajo de lo normal; el que empleamos cuando se dice algo importante. Bajito, muy bajito, para que no puedan escucharnos los viandantes que siempre estan de más cuando el tun-tun de un corazón comienza a desincronizarse con el movimiento de rotación y traslación del cuerpo.
Es entonces cuando te olvidas las despedidas en el portal, y subes a casa con conversaciones a medio empezar.
De tanto escucharte cuando no hablabas me aprendí los silencios de memoria.
Y a saber cuándo olvidarme el paraguas de-forma-casual; y cuando abrigarme bien, porque las tormentas siempre me pillan sola.
Aprendí a no llorar. Aprendí a acomodarme en ése vacío placentero que queda cuando no hay motivos por los que tener miedo.
Aprendí de nuevo a querer tras tantas horas de terapia de no-necesitar.
A disfrutar la lluvia, y las estrellas, y las patadas.
He aprendido en un mes a olvidar todas las canciones que llenaban mis ausencias.
Y es que siempre se me olvida sacar tu foto de la funda del Ipod, y siempre la siento palpitar al ritmo de la canción que suene, depende del día o del color del cielo.
Porque, en una separación de bienes, para mí el blanco y para ti el azul. Para mí tu luna y para ti todo el polvo de estrellas del que, te guste o no, estamos hechos; aunque yo siempre más.
Hay días que hablamos idiomas diferentes, y sé que le preguntas a tus pestañas sobre mis deseos formulados, de la forma en la que yo sólo admito cuánto te echo de menos: a oscuras, en silencio.

Porque encontré la forma de hacer trampas siempre, y tu aún la buscas, sabiendo que hace tiempo que he tirado mis cartas al suelo.



Regla número VI
"Sólo está permitido echar de menos una vez por canción"



- Eres mi catarsis semanal.
- ¿...?
- Búscalo en la wikipedia.


Que tengo ya el cerezo en flor dentro del cuerpo

No se me da bien escribir cosas bonitas.
No se me da bien decirlas.

:)


*Buen viaje. Nos vemos.
Te quiero

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