- Dime, ¿cómo podría odiarte?
Perdida en sus ojos ella se preguntó si aquello sería un sueño. No podía quererla alguien como él; no a ella.
Sentía su piel cálida al contacto con sus manos. Casi dolía el contacto, tanto como le dolía mirar sus ojos, y verse reflejada en tanta perfección.
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Y, una vez despierta incluso, el eco de su voz resonaba en su cabeza.
"¿Cómo podría odiarte?"
Regla número XVII
"La pulpa del zumo de naranja, limón o pomelo ha de ser tratada como un igual, y respetada a pesar de su textura"
"La pulpa del zumo de naranja, limón o pomelo ha de ser tratada como un igual, y respetada a pesar de su textura"
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