Bajo las sábanas,
gélidas;
como si no supieran hacer
otra cosa que estar
frías,
me entierro,
mordiéndome los labios,
arañando la columna vertebral
de la almohada que,
muda,observa mi destrucción.
Retorciéndose de dolor
queman, las lágrimas,
queman tus cartas,
tu voz.Queman mi rostro,
y se llevan, las pestañas
tu nombre tatuado,
con cicatrices,
en la espalda.
gélidas;
como si no supieran hacer
otra cosa que estar
frías,
me entierro,
mordiéndome los labios,
arañando la columna vertebral
de la almohada que,
muda,observa mi destrucción.
Retorciéndose de dolor
queman, las lágrimas,
queman tus cartas,
tu voz.Queman mi rostro,
y se llevan, las pestañas
tu nombre tatuado,
con cicatrices,
en la espalda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario