No hablo de ciclos que se cierran y se abren.
No hablo de años nuevos y noches viejas fornicando como si se acabase el mundo sobre la mesa del comedor, tirando de una patada las velas.
Ni siquiera hablo de las luces de navidad, y los regalos.
Esta vez no ha habido de eso.
Lo que me llevo es lluvia en mitad de la noche, en una azotea.
Me llevo charlas y charlas.
Una ducha, la primera.
Sevilla, el frío, la lluvia.
El tiempo, pasando rápido.
No me llevo una navidad, me llevo una alternativa a mi vida.
La puerta del jardín, entre cerrada y abierta.
1 comentario:
yo tambien me llevo eso.. miles y miles de charlas... que no dicen nada.. o poco..
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