martes, 12 de enero de 2010

Waiting for the phone.


Enciendes el teléfono.
Lo apagas.

Vuelves a encenderlo tras cinco minutos de fuerza de voluntad.
Miras la pantalla.
La miras.
La miras.

Apagas el teléfono.
Lo enciendes.

La pantalla no se ilumina sobre la mesa.
Te has jurado no mirarlo otra vez.
Que no parezca que le echas de menos cuando él no está.

Al final vuelves a comprobar que eres débil,
y que él está donde debe: viviendo su vida.
Te vas a dormir haciéndote la enfadada (no sabes muy bien con quién); pero volverás a comprobar el teléfono tres veces más antes de quedarte dormida...

3 comentarios:

prmt dijo...

El móvil es un invento del diablo. Se ríe constantemente de nosotros, y nos escupe a la cara en lo que nos hemos transformado.

.A dijo...

sabes que no llegara.... pero por esperar.. que no quede..

Anónimo dijo...

Maldito CEluLar.... hace que las ilusiones mueran mas rápido... por lo menos cuando existían las cartas se le podía achacar la dudas al cartero o a la oficina postal.