De este sentimiento de decepción, como de quedarse fuera, al aire gélido de la noche, cuando tú lo único que quieres es asfixiarte con el humo de dentro. Ése calor de alientos trenzados, de alcohol derramado y tabaco de liar.
No llamas a la puerta, que lo que tú quieres es que alguien, dentro, se de cuenta de tu ausencia.
Y te eche de menos.
Como se añora la tierra materna.
Los veranos en la playa.
La televisión de cuando eras niño.
Casi con la urgencia que pide el respirar.
Piensas de forma egoísta. Deberían cuidarte más.
Te mientes diciendo que tú lo vales. O que no lo mereces, no así.
Pero el silencio es más elocuente. Y no necesitas decirlo en voz alta para saber que no es así.
Que recoges el fruto de tus semillas envenenadas de rencor, de mentiras y de envidias.
El frío de una calle oscura, de un octubre agonizante.
"Eh, chica, nos hemos acordado de ti, ¿qué haces ahí fuera?
Entra, que sin ti esto de jugar a ser mayor no es lo mismo"
3 comentarios:
Felizmente tus amigos rompieron con su calidez tus cavilaciones de fría soledad. Un abrazo
vuelve chica..
que sin ti nada es igual!
Un abrazo grande :)
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