sábado, 23 de octubre de 2010

Recuérdate


Como es Octubre creo en el amor.
Como es Octubre quiero hacer planes.
Antes de que llegue este invierno que me han dicho que va a ser tan, tan frío. Puede que incluso no sobreviva a él, y quede para siempre congelada en esta pose. En este planeta, ciudad, invierno.
Ahora que es Octubre vuelvo a tener fuerza en las piernas para dar patadas. Por que tengo miedo de que vayan a ser las últimas.

En sueños, he hecho planes de futuro. No planes, sino recuerdos.
En sueños he cumplido muchísimas primaveras y al despertar aún seguía congelada aquí, cambiando muy muy lentamente, a voluntad del sol que derrita mi cárcel de invierno. Tan, tan lentamente que, para cuando quiera darme cuenta, no quedará ni rastro de quién fui, y seré quien soy ahora. Hasta próximamente.
Es lo mismo que aquella teoría de la teletransportación; ésa que decía que dejas de ser tú para volver a ser otro tú diferente en otro lugar. Ésa teoría que hizo que dejase de desear un teletransportador para volver a casa una noche de esas cansadas (por-si-acaso).

Sigo siendo, pero diferente. Más nueva aunque más vieja. Eso del vintage, que debe estar de moda. Parezco yo, pero me doy cuenta de que la piel que dejo atrás va siendo sustituida por mi nueva imagen, hasta el punto de que no seas capaz de recordarme de otra forma que como me recuerdas ahora. Como me recordarás en el momento.
Es lo mismo que éso de cuando uno se corta el pelo, y ya no somos capaces de evocar el cuerpo y forma de aquellos cabellos largos.
Recordar a los que ya no están.
Recuérdate.

(Por-si-acaso)

3 comentarios:

Wind dijo...

La imagen de cada uno permanece, aunque se cambie, tarde o temprano, la memoria física hace que recuerdes, lo importante es ser.

Ser para uno mismo, ser para quien te importe, pero ser, y ser tu, porque sin ser no eres, y si no eres, la jaula invernal está vacía.

Recuerda, ocultar es miedo, camuflar es precaución, pero nunca olvides quien hay tras los barrotes gélidos, porque esa es quien se congela las manos de agarrar con fuerza, hasta que cada glóbulo rojo se congele.

Aunque no soy nadie para decirte estas cosas, el hielo se derrite, y no es difícil, depende de la temperatura del exterior.

Goldigger dijo...

Te dije que, en algún momento, creerías.

Ane dijo...

sigo leyéndote siempre