Espero algo de ti. Incluso una despedida de esas nocturnas, que me hacen sentirme insomne como antes. Pero casi te puedo ver, despierto, frente a la pantalla, con esa cara de bobo que se te pone. Concentrado.
En nuestro lienzo en blanco dibujo mis palabras, las tuyas.
Bueno, ya sabes, no es que seas tú; es un poco todo.
Que tengo la locura aún húmeda y me siento pesada.
También me siento en pánico, ¿sabes? hoy casi me echo a llorar pensando en el futuro (sí, sí, sé bien que hacer planes es falta de las que descalifican). Y es que pensé que cómo iba esto a sobrevivir más de dos semanas si no somos capaces de encender una vela en forma de oración cada noche. Por eso de que yo soplo y soplo. Y tu casita de enclenques paredes de paja no cede.
Estamos tan lejos.
Aunque no sea tanto.
Hablo de vidas.
La mía, la tuya y la del vecino.
Al que, cada día, al escucharle salir y entrar, despido y saludo muy bajito.
Que casi-viven
conmigo.
1 comentario:
son una parte de mi..
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