Te estoy contando mi vida, saltándome esas partes que he cubierto con polvo de arena, con piedras y libros que ya me leí, cuyas historias empiezo a olvidar; si ganaba el malo o triunfaba el amor.
Rectifico cuando hablo de hombres, cuando hablo de mí.
Sobre todo te cuento historias del futuro.
Las tengo pensadas y construidas.
Y tú me miras con esa ternura y tristeza que dice: "oye, chica, eso duele cuando llega otro invierno y estás sola (cuando llegue)".
Y yo lo sé. Lo sé.
Pero siempre siento nuevo.
Tú hueles a nuevo. Como tus sábanas.
Te digo, hablando de él.
Sólo hablo de él, y si no lo hablo, lo pienso.
Ya ves. Así de tonta soy.
Hablo del futuro. Meses. Meses y meses. Nada de años, que me dan miedo. Que sean mejor sucesiones de estaciones. Calor y Frío. Tardes y noches. Sendas madrugadas.
Sendas madrugadas.
Apuro el café. Fuera, si no sale el sol, hará frío. Y quiero volver pronto a casa, llegar a aquí. Y no es por las manos heladas y la nariz roja.
Sendas madrugadas. Y ojalá fuesen una.
"¿Tú y yo qué?"
Y se me encogió el corazón.
Y era de madrugada.
2 comentarios:
me encanta la foto
Y se encoge de igual manera.
Me alegro un monton :)
Publicar un comentario