domingo, 30 de marzo de 2008

nada


...Es así como tomo la mano del vacío y no la suelto, hasta que siento ese cosquilleo entre los dedos y abro la mano, y descubro nada sosteniéndome, fuerte, para impedir que caiga...
Nada disfrazada con tu olor, con tus ojos, una nada que maquillé y enseñé a hablar, a decir "te quieros" y a acariciar mi cuello con el viento.
Una nada que tras tantos colores otorgados por un viejo pincel sin pelos, seguía siendo nada al fin y al cabo, pero una nada que se asemejaba en cierto modo a mis sueños, que por consecuencia eran nada.
Y es que la nada, como la peste, torna en abismo también cuanto toca, pues si así mi vida a la nada ésta se reduce a esto y aquello simplemente no pudo ser. Y si visto las palabras en nada, y a nada le corono con tu nombre, nada eres y tus palabras nada valen en mitad de una vida que permanece siendo nada porque gira en un círculo en el que no habiendo vida no puedes ser y en el que al no poder ser no hay vida...

A pesar un poco de todo, se vuelven cálidos en la nada los abrazos que en un lugar sin ubicación y en un tiempo sin relojes suceden, o dejan de suceder, o alteran un poco la sucesión de nadas que se dirigen al portal de una oscura mente a comulgar y pedir perdón por sus pecados no cometidos.

Tal vez la nada sea como el 0, que al multiplicarse por el número más bello sigue siendo nada... pero, será tal vez una nada más hermosa, más mágica? cómo salir de un bucle de 0 si sólo se nos ha permitido multiplicar? Tal vez debamos sumarle puntos a escondidas a las nadas, para que un día puedan llegar a ser el todo.

Hoy la nada me pide excomunión

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