lunes, 22 de septiembre de 2008

Worst than Sunday


La luz blanca del cielo.
La gélida luz blanca que destilan las nubes, me da la bienvenida.
Besándome la nariz y ambas mejillas; lamiendo mis labios con hielo. Mordiendo la punta de los dedos, amoratados, que, una vez han dejado de temblar, se sumen en un somnoliento rigor mortis.
T0d0 está blanco. Todo.

Mis ojos se mueven histéricos, empujando a las lágrimas para poder ver si alguien conocido pasa por entre toda esta gente blanca.
Alguien a quien agarrar del brazo, alguien a quien mirar a los ojos. Y simplemente decir:
"Necesitaba encontrar a alguien".
Pero todo está blanco. Brilla.

Siento un primer golpe en la garganta, como si mi voz hubiese decidido contraerse en un orgásmico espasmo sadomasoquista.
Luego otro golpe en el pecho, y comienzo a olvidarme de respirar.
Cada exhalación quema, hiere. Y cada mirada a la nívea blancura de TODO araña desde la garganta hasta las entrañas.

Comienzan a pesarme las piernas, y siento ganas de dejarme caer, y besar las piedras hasta que mis rodillas de fundan con el asfalto. Busco a la desesperada una mano que no va a llegar. Por eso lloro. Y esta vez, lentamente, tengo tiempo de contar las lágrimas.
Una.
Dos.
Tres.
Es increíble la destreza que he adquirido de llorar por un solo ojo, el del lado que me tapa el flequillo.
Así, llorando a la deriva, mientras me pregunto cuántas veces le habrá pasado esto a alguien, o si seré capaz de dejar de llorar, llego al portal donde, la música en mis oídos, y después yo, pedimos a gritos que alguien nos ayude.

Se hace el silencio.

El infierno ahora es sólo humo.

***

Esa sensación de tener que pagar con intereses los despertares de luz. De saber que, cada carcajada, cuesta trescientas cuarenta y siete lágrimas. La de que, por cada siete minutos de cielo, se condena mi alma a una eternidad entre las cenizas de un infierno acabado.

No quiero seguir viviendo así... no quiero.



*echando de menos una risa, o un abrazo*

Vale, necesito a alguien. Me confieso, padre.

Mañana se me pasa. Lo prometo.



2 comentarios:

Yuki, Lord Nieve dijo...

de cuando la libelula observa su rostro en las aguas.

te quiero guri.

y él, tambien.

victoria dijo...

Todos hechamos de menos en algún momento una risa o un abrazo ^^