domingo, 25 de julio de 2010

Desincronización


Se sentía como desincronizada. Algo así como quien llega cuando todos se van, y duerme cuando todos viven.
Por eso cuanto más cerca estaba de alguien, más sola se sentía.
Todos los demás tenían una vida, nocturna o diurna, de luces parpadeantes o películas y mantas.
Pero ella vivía en el palco de un teatro; como si todas aquellas personas que componían su vida fuesen exentos de esa asignatura: ella los necesitaba, eran su vida, mientras que ellos tenían su existencia y, a veces, si no había nada mejor que hacer, podían llamarla.

Por supuesto era culpa suya no haber construido los firmes cimientos de su propia casa. Y ahora, cada vez que estaba con alguien y pensaba en que esa persona tenía su vida, sus chicas guapas, sus buenos amigos, sus ex novias, sus padres... cada vez que se daba cuenta de ello, se sentía tan sola que le daban ganas de volver a su habitación y encerrarse bajo cuatro almohadas, un edredón y cientos y cientos de páginas.



A veces, según pasaban los meses, comenzaba a dudar de haber poseído nada jamás.

2 comentarios:

Antonio Misas dijo...

Un punto de vista desde un lugar terrible; la autoestima por los suelos, para el repuesto de los otros. Es doloroso que no te tengan en cuenta. Algo falla, casi todo el mundo tiene un sitio, si quiere.

Abrazos

prometeo dijo...

poseer, ostentar... verbos para referirse a lo intangible, a lo pasado
cuando alguien cree poseer algo, de inmediato llega al convencimiento que ha de perderlo
nada tenemos
nada poseemos sino nuestra propia historia que contar
y contamos