Todo me dura tan poco...
Las sensaciones se evaporan en el aire, en minúsculas partículas de vaho que forman una nube blanca, limpia y pesada.
El vello erizado dura apenas diez segundos, lo suficiente como para que repare en él, y acto seguido sonría por el objeto que lo provoca.
He escuchado la letra de una canción.
He acabado un capítulo.
Chupito, de tequila.
Por dios, esto está malísimo. Otro.
Intento recordar: Debes escuchar esta canción cuando vuelvas a casa.
Que va, no es lo mismo. Tú lo que quieres es vivir de cadenas de pequeños segundos de nubes de sensaciones.
Y es que salen mal los planes.
Y es que te desesperas, desanimas.
Y ni te importa más de los dieciocho segundos de rigor.
Es preocupante, estás tan curada que pareces enferma.
Otra vez, vello erizado.
El lunes voy a ir a hacerme algo, no sé qué, no se dónde, pero ya tengo excusa.
Que voy el lunes.
Que es actuar sin pensar. Habiendo pensado antes.
El momento, sino, te arrastra; como esas olas que nunca ves llegar.
Sé que sabes qué es esto. Porque tiene nombre ¿no?
Debería estar mal, no lo estoy, me preocupa. Creo que me mueve algún engranaje silencioso; quizás el otoño. Quizás es que huele a octubre.
2 comentarios:
Qué mal te ha sentado siempre Octubre :)
Sé lo que es esto. Pero ya tampoco sé el nombre
Mientras no estés mal, no hay de qué preocuparse.
No hay normas sobre lo que deberías o no sentir. No hay esquemas ni pasos marcados.
O eso es lo que pienso yo..
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