Ven a salvarme, te prometo que sé nadar sola, es que se me han enredado las promesas en los tobillos.
Y me hundo.
Te prometo que sé nadar sola.
Es sólo que quizás esté ocupada llenando el mar.
Aquí abajo ni se nota el frío, ni tengo ganas de llorar, ni me toca el sol.
Quedo suspendida hacia el abismo.
Quieta y en constante e inexorable descenso.
Todo te engulle.
Y estás tan cansada que cerrarías los ojos.
Pero es que aún quiero verte aparecer.
Me acojo a la regla XIV y VIII.
4 comentarios:
aparecerá :)
¡Qué angustiante sensación! eres una maestra del suspenso
Si parara de llenar el mar dejaría de engullirla y quizás así pudiese llegar alguien a salvarla.
Bienvenida.
No esperes de los demás nada de lo que harías tu.
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