sábado, 16 de octubre de 2010

Hasta que me duele y me arde toda la cara


No te dediques a pensar en nada que hayas podido ver o vivir.
Pregúntame, que tengo la respuesta preparada.
Pero al final va a dar igual.
Porque esto es un tira y afloja. Y tengo tan poca fuerza, y tú tan mal gusto, que no me llegas a convencer, y sólo pierdo cuanto antes tenía entre las manos. Que de pronto ya no me gusta nada.

Aprieto las mandíbulas hasta que me duele y me arde toda la cara.
De pronto ya no me gusta nada. Y nada nuevo llena esos vacíos.
Por eso tengo que evitar los espejos, apretar las mandíbulas, fuerte hasta que me duela y me arda la cara.
El ceño, de tanto fruncirlo para evitar llorar.
De pronto tampoco me gusta.

Miro al pasado como si no quisiese tener un futuro.
Miro de reojo. No porque importe lo que opinen los demás (que también), sino para ver si ellos saben algo de lo que estaba bien o mal.

1 comentario:

Lily dijo...

Precioso :)
Acabo de conocer tu blog y ya me encanta!
Te sigo!

Besos