domingo, 12 de diciembre de 2010

Own


No siempre puedes sonreír.
Diría que por mucho que lo intentes; pero ahí está el problema.
Y es que te levantas sin ganas ni fuerzas.
Te duchas agradeciendo el tiempo que puedes pasar bajo el agua;
y así no tienes que ocupar tu mente durante unos minutos, quizá una hora, si aprendes a no ahogarte con tus lágrimas.
Tu propia historia te hace llorar desde fuera.
Desde la puerta de casa al colchón con sus muelles, que aún me hablan de ti.
Lloras de pena de tu vida, como si no formases parte de ella.
Que algo tan triste no pasa en tu monotonía diaria. Como el cuento ajeno con final (in)feliz.
Lloras imaginando monólogos (y es que él no tiene voz).
Lloras porque no te ve nadie llorar. Y quieres un consuelo.


Y es que ahora eres más planes de futuro caducados y recuerdos.
Te aferras a tus viejas novelas, las que te enamoraron.
Y recuerdas, de joven, las ganas que tenías de amar. De tener un dragón para ti.
Un Yandrak.
¿Cómo vas a contarles a los que vengan que tú no sabes ser princesa, pero quieres que ellos sean príncipes?
No de esos de capas y corceles.
Príncipes de los que te cuidan todo el tiempo, de los que te hablan para que las voces de tu cabeza no se ciernan sobre ti.
Príncipes que tienen más miedo de tu dolor que de tus gritos.

Tratas de educar al mundo para que se amolde a ti.
Pero sigues esperando despierta cada noche, aun sabiendo que acabarás yéndote a dormir con el mismo sabor amargo en el fondo de la garganta, justo donde se te han atascado las palabras que querías decir(le). Que puede que ya nunca digas.
Tratas de educar a los hombres, a las nubes, a la nieve. Para que nunca nada más te haga sentir tan mal; para que te cuiden siempre.
Pero eres tú la que siempre (te) rompes las promesas.
He visto cómo jurabas no esperar, no enamorarte, no reñir, no reprochar, no soñar antes de dormir.
Y aún te oigo decir ese nombre muy bajito entre las sábanas. Invocándole; creyendo en esa tontería de que, justo cuando tú lo nombres, él sentirá algo cálido en el pecho.

Te he visto caer tantas veces que ahora lloro por tu historia en vez de por la mía.
Como si esto no fuera también mi vida.

Te juro que sólo quiero (saber) que me eches de menos como lo hago yo.

1 comentario:

lil dijo...

te echa de menos, sin hache, sin huecos, solo vacíos,
un besooooo