Que todo el mundo pueda ver las luces que veo cuando camino calle arriba, de noche, con la navidad en la puerta de casa.
Que todos tengan el privilegio de tocar tu piel, y sentir algo pesado en el pecho, quitándoles la respiración, cuando te vean dormir.
Que todos sientan que los amigos que están lejos en verdad siempre andan cerca.
Que todo el mundo sea capaz de ver lo bonito que es el cielo, cada día.
Y lo bonito que es el agua.
Que todo el mundo tenga de esos recuerdos que te dan calidez.
Que todos necesiten la navidad y su color tanto como lo necesito yo.
Ojalá que todo el mundo pudiese ser feliz como lo soy yo.
Y llorar de una forma tan suave, y sufrir de una forma tan poco realista y tan poética.
Ojalá que todo el mundo pasase noches en vela mirando por la ventana, y tuviese amaneceres de esos en los que alguien te da un beso.
Porque me gustaría poder hacer sentir bien a toda la gente que se siente mal; sin palabras de consuelo, sin mentiras o promesas, simplemente enseñándoles lo que yo veo.
Y lo que yo veo me lo enseñó un mago.
5 comentarios:
yo tambien quiero que un mago me enseñe algo..
Muestra(nos/les) pues, eso que han puesto ante ti y que has visto y observado con tus propios ojos
Con cada uno de tus textos se puede ver lo que ves y lo que sientes ;)
"...y tuviese amaneceres de esos en los que alguien te da un beso."
Me encanta! Yo he pasado esos amaneceres... y siempre tengo ganas de repetir.
Un beso!
Se echa de menos que haya blogs como este, y deseos como los tuyos...
¡Gracias por compartir tu mirada poética!
[Una compañera de clase que ha tropezado con cierta libélula ;)]
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