solo él sabe de nosotros dos.
Solo él puede entender de ti y de mí
de la manera en la que nos queremos,
en la que nos hacemos.
Solo Dios sabe
de nuestras noches quebradas,
los puños en la pared,
las lágrimas en la bañera.
De nuestras noches sonámbulas,
los besos en la espalda
y las charlas eternas.
Las cicatrices escondidas
y las sonrisas sinceras.
Porque yo solo sé de ti
de un tiempo a esta parte
y las orillas que se recortan
en el horizonte
de tus noches oscuras.
Solo sé que me cuidas cada segundo,
solo sé que me lo darías todo,
solo sé que me quieres,
que no te irás y que te culpas
de cualquier daño que pueda manchar
nuestro cielo de trasquilones.
Solo sé que debiste sentirte muy solo
y que no te gustan las cicatrices.
Solo sé que me quieres.
Y de mí, no tengo más
que el miedo a los espejos
y el sentimiento de hacerlo
todo, siempre, tarde y mal.
No tengo más que el quererte,
y luchar.
Es por eso que, si existe un Dios,
solo él nos ve,
como yo te veo a ti
y como tú me ves a mí.
Por eso nos juntamos,
porque cuando yo te miro
y tú me miras,
Dios existe,
y solo él sabe,
bajo nuestra piel.
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