sábado, 20 de febrero de 2010


¡Qué derroche de sentimientos!
Horas después de declararme autosuficiente, pragmática y madura, echo de menos.
Y creo, pero en el amor.
En esa persona por encima de tu hombro, por debajo de tus pestañas, entre los dedos.

Y me enfado, pero mucho.
Porque todas "esas personas" no están.
Me han dejado sola.
Les echo y se van. Es como para enfadarse.

Y encima dirán que no me entienden. Que si no sé lo que quiero o no valoro cuanto tengo.
Que mis cambios de personalidad les abruman, que no se pueden amar los antítesis.
Y mira la fresa con chocolate, y piña.
Caramelos y lágrimas.
Besos y lluvia.


No sabes que me encantan los días cálidos de sol tirados en cualquier parte, y cuanta más gente pase y pueda ver cómo soy la-persona-más-feliz-del-mundo, mejor.
Pero no hace sol, y la triste luz que ilumina toda mi habitación, aunque sea mi astro suplente, no me trae la primavera (aún).

1 comentario:

El Drac dijo...

Me gusta lo que escribes esa media luz que no se decide, ese andar con indecisión pero sonriente es lo que hace que sea linda la vida. Un besote