Quizá estamos tan perdidos porque somos jóvenes.
O quizás sea que ya no tenemos los astros para guiarnos,
que hace mucho que dejamos de caminar con los ojos puestos en el cielo.
Y desde entonces hemos olvidado nuestros orígenes.
Quizás es que esta edad, la juventud, es el estado de duermevela
en el que la realidad se cuela como el frío en una casa vieja,
y aún queremos ser niños:
recordamos quiénes fuimos
astros,
dioses.
Y darte cuenta,
un domingo por la tarde,
de que no tienes "familia", "hogar".
Y llorar.
Te hace mayor,
y con cada día, te pierdes cada vez más.
¿De dónde venía?
domingo, 31 de marzo de 2013
La crisis de los 20
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De cuando la libélula observa su rostro en las aguas
viernes, 29 de marzo de 2013
Ya no duermo, ya no sueño
Me pregunto
si piensas en mí
antes de dormir.
si piensas en mí
antes de dormir.
Porque no amo,
porque me asusta amar,
ya no sueño,
ya no sueño.
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atrévete,
ensaya,
practica.
mejora.
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jueves, 28 de marzo de 2013
La resistencia
No he olvidado (ni olvidaré) aquel par de noches de verano del 2008, cuando Yuki me cogía por los hombros, y yo me derrumbaba, y buscando mirarme a los ojos bajo los aguaceros de mi alma, me decía:
- No mereces esto, no es justo para ti.
Recuerdo el sentimiento y el color de la calle. Y la idea que arraigó, la de que no lo merecía, y ahí estaba.
En el fondo el mundo no ha cambiado nada desde entonces. La vida sigue sin ser justa, y seguimos sin tener lo que nos merecemos... Pero siempre fue un consuelo tener a alguien que se pusiese de mi parte y, aunque doliese, formásemos una resistencia.
- No mereces esto, no es justo para ti.
Recuerdo el sentimiento y el color de la calle. Y la idea que arraigó, la de que no lo merecía, y ahí estaba.
En el fondo el mundo no ha cambiado nada desde entonces. La vida sigue sin ser justa, y seguimos sin tener lo que nos merecemos... Pero siempre fue un consuelo tener a alguien que se pusiese de mi parte y, aunque doliese, formásemos una resistencia.
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miércoles, 27 de marzo de 2013
Latir
Latir es sufrir,
golpear, dicen.
Una paliza al cuerpo
al alma,
a todo lo que llevamos dentro.
Golpear.
Porque latir es sufrir.
El latido que falta
o el latido que sobra...
ambos son una pequeña muerte.
Porque no podemos estar vivos
si no nos morimos a cada segundo.
Igual que solo nos sentimos solos
cuando estamos rodeados.
Porque latir es sufrir,
y golpear(te).
Y el que late desea no hacerlo,
y el que no lo hace desea la vida
porque,
aunque golpee,
aunque descubra
una soledad,
y destroce las costillas
y nos deje sin aliento,
golpear, dicen.
Una paliza al cuerpo
al alma,
a todo lo que llevamos dentro.
Golpear.
Porque latir es sufrir.
El latido que falta
o el latido que sobra...
ambos son una pequeña muerte.
Porque no podemos estar vivos
si no nos morimos a cada segundo.
Igual que solo nos sentimos solos
cuando estamos rodeados.
Porque latir es sufrir,
y golpear(te).
Y el que late desea no hacerlo,
y el que no lo hace desea la vida
porque,
aunque golpee,
aunque descubra
una soledad,
y destroce las costillas
y nos deje sin aliento,
latir es vivir.
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Sirenas
Las mujeres tenemos el don de atar ángeles a la Tierra,
a la tierra.
Porque siempre hemos envidiado,
anhelado,
esas alas, ese sol, ese paraíso.
Las mujeres hemos exterminado toda belleza,
robándola,
haciéndola solo nuesta;
para serlo todo, en apariencia.
Somos diosas y demonios,
más de lo segundo que de lo primero.
Porque no es que seamos malas,
ni queremos destruir,
pero siempre hemos anhelado,
envidiado:
esas alas, ese sol, ese paraíso.
Sirenas que quieren ser salvadas,
y te arrastran al infierno.
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martes, 26 de marzo de 2013
El norte
Es curioso cómo es el norte lo que se pierde,
el camino de vuelta a casa,
las frías y oscuras playas.
No perdemos el sur, el este o el oeste.
Es el norte.
Nuestro hogar.
Perdemos el norte,
como quien pierde un amigo,
o un libro.
Y nos perdemos
para siempre.
Y todo lo que puedo hacer
es sentir esto.
EXILIO - Pizarnik
Esta manía de saberme ángel,
sin edad
sin muerte en qué vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.
¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas,
aunque fuere con sonrisas?
Siniestro delirio amar a una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ángeles bellos como cuchillos
que se clavan en la noche
y devastan la esperanza.
el camino de vuelta a casa,
las frías y oscuras playas.
No perdemos el sur, el este o el oeste.
Es el norte.
Nuestro hogar.
Perdemos el norte,
como quien pierde un amigo,
o un libro.
Y nos perdemos
para siempre.
Y todo lo que puedo hacer
es sentir esto.
EXILIO - Pizarnik
Esta manía de saberme ángel,
sin edad
sin muerte en qué vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.
¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas,
aunque fuere con sonrisas?
Siniestro delirio amar a una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ángeles bellos como cuchillos
que se clavan en la noche
y devastan la esperanza.
No quiero seguir viviendo en este mundo,
no en este.
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De cuando la libélula observa su rostro en las aguas
lunes, 25 de marzo de 2013
Gas
Puedes encerrarte en este edificio milenario,
a oscuras.
La ge es una o rota.
Y seguirá siéndolo.
Podrías meterte debajo de las mantas y no salir.
Encerrarte en otro edificio milenario.
Ser una ínsula.
Podrías.
Quizás hibernes, hasta dentro de un par de primaveras.
Quizás te pierdas
estos años,
esperando que alguien te encuentre.
Quizás te re-conozcan,
te descubran,
te descuidas.
Puedes enterrarte bajo la lluvia,
dejar que te arrastre el río,
Ophelia,
Apheleia,
Opheleia.
Puedes dejarte aplastar por este cielo duro,
blanco y gris,
pesado.
Todo seguirá igual:
este invierno seguirá durando más de lo normal,
y las flores del cerezo florecerán contra su voluntad.
Moriremos todos, completando el círculo,
al final.
Tengo una piedra en el pecho,
y pies para no ir a ningún lugar.
Una piedra y aguas negras
que lo anegan todo,
la realidad.
a oscuras.
La ge es una o rota.
Y seguirá siéndolo.
Podrías meterte debajo de las mantas y no salir.
Encerrarte en otro edificio milenario.
Ser una ínsula.
Podrías.
Quizás hibernes, hasta dentro de un par de primaveras.
Quizás te pierdas
estos años,
esperando que alguien te encuentre.
Quizás te re-conozcan,
te descubran,
te descuidas.
Puedes enterrarte bajo la lluvia,
dejar que te arrastre el río,
Ophelia,
Apheleia,
Opheleia.
Puedes dejarte aplastar por este cielo duro,
blanco y gris,
pesado.
Todo seguirá igual:
este invierno seguirá durando más de lo normal,
y las flores del cerezo florecerán contra su voluntad.
Moriremos todos, completando el círculo,
al final.
Tengo una piedra en el pecho,
y pies para no ir a ningún lugar.
Una piedra y aguas negras
que lo anegan todo,
la realidad.
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De cuando la libélula observa su rostro en las aguas,
desgarros
.
Morderse la lengua y enterrarse en la cama,
hasa que llegue el sol.
El sabor de la sangre
y la luz blanca y fría.
domingo, 24 de marzo de 2013
De madera.
Recorro, descalza, los pasillos de la casa. La penumbra y la madera. Todo cruje, en silencio. La luz, tenue, se cuela por las lejanas ventanas, en el pasillo todo parece sumergido. La luz de los domingos por la tarde es una pecera. Nadamos, casi todos los días.
Recorro, desnuda, los salones vacíos. Puedo leer las vetas de la madera con las plantas de los pies, y cuentan cientos de historias, cientos de años.
Fuera hay cinco niños jugando, una fuente y un bar casi vacío. No hace frío y no hace calor, es cuando la primavera entra, volcando el corazón.
Tengo tantas ganas de llorar como de bailar y saltar. Quiero tumbarme sobre el suelo, viejo, y ser parte de él. Lo hago, y no pasa nada. Veo el techo, que es el suelo de otra persona.
Estoy sola, pero la casa sigue siendo hermosa, y enorme, tremenda. Y siempre será así, la llene de gente o la queme hasta los cimientos; es su alma, es su esencia, hay que acostumbrarse a vivir en ella y amarla, amar sus luces, sus suspiros y resuellos, su viejísimo suelo de madera.
Tengo frío en los costados, como una abrazo de ausencia de ropa, ausencias. Y el pelo recogido, para que ese abrazo llegue hasta el cuello.
Pero no me apetece nada más que este abrazo, y esta casa, y este domingo tranquilo y triste.
Recorro, desnuda, los salones vacíos. Puedo leer las vetas de la madera con las plantas de los pies, y cuentan cientos de historias, cientos de años.
Fuera hay cinco niños jugando, una fuente y un bar casi vacío. No hace frío y no hace calor, es cuando la primavera entra, volcando el corazón.
Tengo tantas ganas de llorar como de bailar y saltar. Quiero tumbarme sobre el suelo, viejo, y ser parte de él. Lo hago, y no pasa nada. Veo el techo, que es el suelo de otra persona.
Estoy sola, pero la casa sigue siendo hermosa, y enorme, tremenda. Y siempre será así, la llene de gente o la queme hasta los cimientos; es su alma, es su esencia, hay que acostumbrarse a vivir en ella y amarla, amar sus luces, sus suspiros y resuellos, su viejísimo suelo de madera.
Tengo frío en los costados, como una abrazo de ausencia de ropa, ausencias. Y el pelo recogido, para que ese abrazo llegue hasta el cuello.
Pero no me apetece nada más que este abrazo, y esta casa, y este domingo tranquilo y triste.
Sal a la calle, mójate y extiende este frío hasta los cimientos, es el viento de Abril.
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viernes, 22 de marzo de 2013
Regla número XXVIII
"Hay que ser el Ícaro que vuela hacia el sol,
y no el que cae al mar."
Un billete de ida al Sol.
Solo ida.
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Reglamento de vuelo
Ícaro
Cómo explicar lo inefable,
lo intangible,
el vano fantasma de niebla y luz.
Que añoro las alas
y añoro cuando no éramos más que soñadores,
ahogándose en el mar,
juntos,
cogidos de la mano,
porque no sé si ese día nadaré.
Quiero un abrazo,
un sentimiento profundo,
hasta el corazón,
hasta el sol.
Y en el fondo de la boca
siento que eso no existe
¿y entonces por qué tanta fuerza
en el creer?
¿por qué veo la magia
en cada parpadeante farola?
Me siento más allá de mi cuerpo,
de mis labios,
de mi aroma.
Más allá.
Me siento fracasada,
corrupta,
envenenada.
Y así de rota, de vacía,
reivindico mi derecho a sonreír;
quiero que me cojan en brazos.
Ser única,
ser un dios.
Es algo así,
este nudo,
esta necesidad.
Quiero luz,
abrazos,
ser mejor.
Quiero el presente
más que el futuro.
Y quiero morirme
y dejar este cuerpo
para no tener que vivir
una nueva derrota.
Que me trague el sol
y mi imagen permanezca
en la memoria,
incorrupta.
lo intangible,
el vano fantasma de niebla y luz.
Que añoro las alas
y añoro cuando no éramos más que soñadores,
ahogándose en el mar,
juntos,
cogidos de la mano,
porque no sé si ese día nadaré.
Quiero un abrazo,
un sentimiento profundo,
hasta el corazón,
hasta el sol.
Y en el fondo de la boca
siento que eso no existe
¿y entonces por qué tanta fuerza
en el creer?
¿por qué veo la magia
en cada parpadeante farola?
Me siento más allá de mi cuerpo,
de mis labios,
de mi aroma.
Más allá.
Me siento fracasada,
corrupta,
envenenada.
Y así de rota, de vacía,
reivindico mi derecho a sonreír;
quiero que me cojan en brazos.
Ser única,
ser un dios.
Es algo así,
este nudo,
esta necesidad.
Quiero luz,
abrazos,
ser mejor.
Quiero el presente
más que el futuro.
Y quiero morirme
y dejar este cuerpo
para no tener que vivir
una nueva derrota.
Que me trague el sol
y mi imagen permanezca
en la memoria,
incorrupta.
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miércoles, 20 de marzo de 2013
Cenizas a las cenizas
Siempre he sabido jugar a un juego que consiste en quemarlo todo.
A veces se queman cimientos, madera o relojes. Otras veces quemamos las cenizas.
Lo más bello del juego es ver cómo las ascuas se arremolinan con el viento y se van, lejos.
Porque la materia ni se crea ni se destruye, pero con una mano (blanca) en el corazón, yo puedo jurar que la ceniza se huye.
..
Llegas a casa y ni te quitas el abrigo. Como si quisieses irte, a otro lugar. A pasear entre el frío que exhalan las baldosas. Esta es otra de las cosas a las que tenemos que atrevernos; pero no lo hago. Muero un poco, me enfrío un poco. Mis brasas se disgregan entre la multitud, parpadeo y brillo antes de apagarme y desaparecer.
Con el sueño, con el gris, con esta lluvia que no es de verano ni de otoño... piensas en que cuando amanezca estarás curada, en llamas... y sino es que no tienes remedio y no quieres curarte.
Es de estas noches de luna fea, en la que ni siquiera te importa que llegue el día o no, simplemente estáis tú y tu abrigo, música. Y nada más.
..
Porque yo siempre me rijo por un estricto código cortés.
Me acuerdo de muerte entre las flores. Cierro los ojos.
Me han robado las palabras, no las han copiado, no las han cogido prestadas; ahora ya no son mías, ni ellas ni sus sentimientos, ni la luz que me alumbraba. Quiero robarle la luz a esta llama.
Me han robado las palabras (mágicas) y ahora las usan sin mí. Es la revolución industrial.
Hoy me repliego, ni ascuas, ni llamas, ni chispa. Me repliego hecha barro y cenizas.
Hoy, quizás solo hoy, me duelo de esta luna llena...
A veces se queman cimientos, madera o relojes. Otras veces quemamos las cenizas.
Lo más bello del juego es ver cómo las ascuas se arremolinan con el viento y se van, lejos.
Porque la materia ni se crea ni se destruye, pero con una mano (blanca) en el corazón, yo puedo jurar que la ceniza se huye.
..
Llegas a casa y ni te quitas el abrigo. Como si quisieses irte, a otro lugar. A pasear entre el frío que exhalan las baldosas. Esta es otra de las cosas a las que tenemos que atrevernos; pero no lo hago. Muero un poco, me enfrío un poco. Mis brasas se disgregan entre la multitud, parpadeo y brillo antes de apagarme y desaparecer.
Con el sueño, con el gris, con esta lluvia que no es de verano ni de otoño... piensas en que cuando amanezca estarás curada, en llamas... y sino es que no tienes remedio y no quieres curarte.
Es de estas noches de luna fea, en la que ni siquiera te importa que llegue el día o no, simplemente estáis tú y tu abrigo, música. Y nada más.
..
Porque yo siempre me rijo por un estricto código cortés.
Me acuerdo de muerte entre las flores. Cierro los ojos.
Me han robado las palabras, no las han copiado, no las han cogido prestadas; ahora ya no son mías, ni ellas ni sus sentimientos, ni la luz que me alumbraba. Quiero robarle la luz a esta llama.
Me han robado las palabras (mágicas) y ahora las usan sin mí. Es la revolución industrial.
Hoy me repliego, ni ascuas, ni llamas, ni chispa. Me repliego hecha barro y cenizas.
Hoy, quizás solo hoy, me duelo de esta luna llena...
...que no me dejó más que el remordimiento de haber visto nacer la luz sobre mi soledad.
(sigues sin quitarte el abrigo quizáhuyasdelpaís)
(sigues sin quitarte el abrigo quizáhuyasdelpaís)
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De cuando la libélula observa su rostro en las aguas,
desgarros
martes, 19 de marzo de 2013
Atreverse
Huele a lluvia de primavera,
y las calles están vacías, grises y mojadas
a las tres de la tarde.
Vivir (así) es sentir estas horas;
las tres de la tarde,
las cinco de la mañana.
Son primaveras de estas
(miras el calendario,
parece mentira)
vivir.
Vivir.
Romper las barreras.
Vivir.
Volver al círculo, volver atrás,
en nuevas aceras, en nuevos alientos.
Vivir, atreverse,
salir de la zona de confort
y arañarse las rodillas.
Atreverse
a llamar en mitad de la noche
a emborracharse a cualquier hora
a salir a regalar flores
a cazar noches
y actuar.
y las calles están vacías, grises y mojadas
a las tres de la tarde.
Vivir (así) es sentir estas horas;
las tres de la tarde,
las cinco de la mañana.
Son primaveras de estas
(miras el calendario,
parece mentira)
vivir.
Vivir.
Romper las barreras.
Vivir.
Volver al círculo, volver atrás,
en nuevas aceras, en nuevos alientos.
Vivir, atreverse,
salir de la zona de confort
y arañarse las rodillas.
Atreverse
a llamar en mitad de la noche
a emborracharse a cualquier hora
a salir a regalar flores
a cazar noches
y actuar.
Hay que ser dioses.
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De cuando la libélula observa su rostro en las aguas
lunes, 18 de marzo de 2013
Mírame. Humedales.
Salir de las fangosas orillas, arrastrándose.
Volver a los orígenes. Curarse, herirse.
Es el sol que no calienta
(parpadea),
(parpadea),
y la tierra que exhala,
humea.
humea.
Una primavera que no llega,
pero late entre las piernas.
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Rimando nenúfares
viernes, 15 de marzo de 2013
Regla número XXVIII
"Canta en la ducha, y baila desnudo"
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jueves, 14 de marzo de 2013
hecha de fuego
He renacido,
y no me importan las heridas autoinflingidas
(propias o ajenas)
No queda más que fuego,
del cuerpo que intentaste derrumbar
con perfectos protocolos
No queda más que fuego.
No soy culpable,
y si lo soy,
matadlos a todos,
que Dios reconocerá a los suyos.
y si lo soy,
no será una culpa que lacere.
Y si soy oscura,
porque es inevitable serlo,
disfrutaré esa oscuridad haciéndola bella.
Que somos así, con nuestros más
y nuestros menos,
pero ni malos ni buenos,
podrás juzgar, pero no castigar.
No voy a llorar (otra vez)
por pechos heridos
que me señalan con el dedo.
Porque si pudiesen
me arrancarían la piel
y se harían con ella su coraza.
Es una guerra,
por supuesto.
Y, si te mueres queriendo matarme,
te habrás quedado atrás,
pero no temas,
arrastraré tu cadáver
en el recuerdo.
No, no estamos sobre la tierra,
con nuestra mortalidad,
para sufrir, ni para herir.
Estamos para vivir,
con daños colaterales
(propios y ajenos).
Si volvemos a ser niños
y dejamos las armas,
ven y hagamos algo bello,
magia sobre amaneceres...
y no me importan las heridas autoinflingidas
(propias o ajenas)
No queda más que fuego,
del cuerpo que intentaste derrumbar
con perfectos protocolos
No queda más que fuego.
No soy culpable,
y si lo soy,
matadlos a todos,
que Dios reconocerá a los suyos.
y si lo soy,
no será una culpa que lacere.
Y si soy oscura,
porque es inevitable serlo,
disfrutaré esa oscuridad haciéndola bella.
Que somos así, con nuestros más
y nuestros menos,
pero ni malos ni buenos,
podrás juzgar, pero no castigar.
No voy a llorar (otra vez)
por pechos heridos
que me señalan con el dedo.
Porque si pudiesen
me arrancarían la piel
y se harían con ella su coraza.
Es una guerra,
por supuesto.
Y, si te mueres queriendo matarme,
te habrás quedado atrás,
pero no temas,
arrastraré tu cadáver
en el recuerdo.
No, no estamos sobre la tierra,
con nuestra mortalidad,
para sufrir, ni para herir.
Estamos para vivir,
con daños colaterales
(propios y ajenos).
Si volvemos a ser niños
y dejamos las armas,
ven y hagamos algo bello,
magia sobre amaneceres...
...si no, ten presente
que estoy hecha de fuego.
que estoy hecha de fuego.
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martes, 12 de marzo de 2013
resistencia
Lunes de savor, siempre dejan una regusto amargo en el fondo de la garganta. Una tristeza y una soledad inmensas.
Tienen algo roto, algo que no cuaja... No me gustan.
Vuelvo a casa, bella, debería serlo, pero no. Me siento pequeña y rota, me siento deformada ante un espejo (no, no hablamos de la de siempre), por dentro.
Me siento sola. Me siento lejos.
Querría un abrazo, las palabras más bonitas del mundo, sexo.
Querría recuperar aquellos amigos perdidos... desde el primero hasta el último.
Me siento triste porque me siento insuficiente.
Y mala.
Aún no he aprendido a ser y a hacer
las cosas,
bien.
Odio estos lunes.
Odio este peso.
Odio echar de menos, y odio perder amigos.
O sentirlos lejos.
Hoy me siento rota,
vulnerable,
vulnerada.
Hoy quiero que me rescaten,
que me curen.
Reafirmo la teoría de que soy mala,
y estoy rota,
y corrompida hasta corromper.
Mañana no,
mañana no me mires con lástima, porque habré renacido.
Es hoy, solo hoy,
que me siento así,
mal, pesada y sola...
Hoy me creo la mentira,
y me siento sola, y siento que algo hice mal.
Hoy muevo ficha de un juego que duele,
solo porque es un lunes del savor,
y nunca salen bien del todo.
Siempre me ha dolido sentir a la gente lejos.
Hablamos de un dolor físico, de dentro a fuera.
Llévame lejos,
cúrame
que mañana ya me curaré yo
y volveré a ser fuerte.
Tienen algo roto, algo que no cuaja... No me gustan.
Vuelvo a casa, bella, debería serlo, pero no. Me siento pequeña y rota, me siento deformada ante un espejo (no, no hablamos de la de siempre), por dentro.
Me siento sola. Me siento lejos.
Querría un abrazo, las palabras más bonitas del mundo, sexo.
Querría recuperar aquellos amigos perdidos... desde el primero hasta el último.
Me siento triste porque me siento insuficiente.
Y mala.
Aún no he aprendido a ser y a hacer
las cosas,
bien.
Odio estos lunes.
Odio este peso.
Odio echar de menos, y odio perder amigos.
O sentirlos lejos.
Hoy me siento rota,
vulnerable,
vulnerada.
Hoy quiero que me rescaten,
que me curen.
Reafirmo la teoría de que soy mala,
y estoy rota,
y corrompida hasta corromper.
Mañana no,
mañana no me mires con lástima, porque habré renacido.
Es hoy, solo hoy,
que me siento así,
mal, pesada y sola...
Hoy me creo la mentira,
y me siento sola, y siento que algo hice mal.
Hoy muevo ficha de un juego que duele,
solo porque es un lunes del savor,
y nunca salen bien del todo.
Siempre me ha dolido sentir a la gente lejos.
Hablamos de un dolor físico, de dentro a fuera.
Llévame lejos,
cúrame
que mañana ya me curaré yo
y volveré a ser fuerte.
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lunes, 11 de marzo de 2013
Las invasiones bárbaras
Es fuego, quema por fuera, la piel, los labios, las pestañas. Todo arde, de la torre al pelo, todo arde. Y corremos ardiendo, con nuestro estandarte, inflamando corazones, inflamando pantalones.
Todo arde, estamos quemando las cenizas de este mundo dormido, para despertarlo y crearlo de nuevo. Mejor.
Por dentro todo es hielo, de la lengua a las entrañas, hasta el tiempo. Lo hemos congelado todo, y arde como solo el hielo puede arder. De boca en boca. No queda nada en movimiento fuera de este fuego que traemos. Estabais congelados y os hemos prendido fuego, sacándoos del ensueño de los cien años; antes de que seamos viejos.
Porque nunca seremos tan bellos como ahora, con nuestra juventud, nuestras llamas, congelando lo que había. Los latidos, congelados. No pestañeas, no lates, no respiras. El frío te ha robado el aliento, te ha dejado sin vida, sin movimiento. Y te quemamos. Arde la piel, brilla, te lame el calor... pero por dentro no tienes más que invasiones bárbaras, del norte, que congelan todo lo anterior a ellas. Te impiden el movimiento; te atan y te hacen el amor, mientras te quemas y te hielas.
Quieren romperte en dos, hacer de ti un ente de fuego y uno de hielo, ambos abrasados hasta los cimientos. Y con esas dos mitades hacer un nuevo mundo, más lleno, más hermoso.
Sientes las brasas, el calor del cuerpo, la necesidad del contacto, del roce, del beso.
Sientes las brasas, el frío, la invasión... todo queda suspendido, hibernando... no hay más que el hielo abrazando cada esquina vacía y oscura, quemándola. Verás cuando llegue la primavera y lo derrita todo.
Así están hechos los dragones, porque una vez les besó una doncella. Y desde entonces escupen fuego y les quema el hielo de las entrañas. Ella fue el invierno más cálido del mundo.
Todo arde, estamos quemando las cenizas de este mundo dormido, para despertarlo y crearlo de nuevo. Mejor.
Por dentro todo es hielo, de la lengua a las entrañas, hasta el tiempo. Lo hemos congelado todo, y arde como solo el hielo puede arder. De boca en boca. No queda nada en movimiento fuera de este fuego que traemos. Estabais congelados y os hemos prendido fuego, sacándoos del ensueño de los cien años; antes de que seamos viejos.
Porque nunca seremos tan bellos como ahora, con nuestra juventud, nuestras llamas, congelando lo que había. Los latidos, congelados. No pestañeas, no lates, no respiras. El frío te ha robado el aliento, te ha dejado sin vida, sin movimiento. Y te quemamos. Arde la piel, brilla, te lame el calor... pero por dentro no tienes más que invasiones bárbaras, del norte, que congelan todo lo anterior a ellas. Te impiden el movimiento; te atan y te hacen el amor, mientras te quemas y te hielas.
Quieren romperte en dos, hacer de ti un ente de fuego y uno de hielo, ambos abrasados hasta los cimientos. Y con esas dos mitades hacer un nuevo mundo, más lleno, más hermoso.
Sientes las brasas, el calor del cuerpo, la necesidad del contacto, del roce, del beso.
Sientes las brasas, el frío, la invasión... todo queda suspendido, hibernando... no hay más que el hielo abrazando cada esquina vacía y oscura, quemándola. Verás cuando llegue la primavera y lo derrita todo.
Así están hechos los dragones, porque una vez les besó una doncella. Y desde entonces escupen fuego y les quema el hielo de las entrañas. Ella fue el invierno más cálido del mundo.
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De cuando la libélula observa su rostro en las aguas,
More than Fairy Tales
domingo, 10 de marzo de 2013
Alquimia
Te sientas delante de la pantalla y esperas a que lleguen las palabras para poder darle forma al sentimiento. Como si pudiese nombrarse lo que no existe, dibujar lo inefable para darle un sentido.
Pero no va a llegar esa inspiración, porque algunas cosas simplemente no tienen una explicación. A veces se explican solas. Otras no se explican nunca. La vida es así.
Querías escribir algo bello, y has acabado delante de la pantalla, pensando que la música tiene la respuesta a la idea de una pregunta. Pensando que si no es la música será el tiempo, o los tatuajes, o los libros... Pero eso es procrastinar. Postergar, postergar...
Porque llevas mucho tiempo pensando en que te salvarán, de ti, del mundo, de las dudas... Como si en la vida hubiese un camino (el bueno), mejor que otros, mejor... Como si la felicidad fuese un estado perenne. Pero no lo es. La tranquilidad sí; la felicidad es eso que sientes cuando corres detrás de un sueño, y sonríes, y no piensas en perder o en ganar, porque no te queda aliento, solo sonríes, y corres.
La felicidad es un sueño, es un orgasmo, es no tener barreras.
Los hombres estamos hechos de agua, piedra y verde. Todos deberíamos vivir así. Es más fácil encontrar la felicidad ahí. Es más fácil correr. Es más fácil ser libre.
De pronto tienes veinte -¿cuándo fue, que ya se van?-. Y no sabes qué hacer con tu vida, pero no quieres sentir que te dejaste algo en el camino. Se te está acabando el plan, y los planes de los de tu alrededor... y entonces quizás te quedes sola, y tengas que volver a construir el mundo con tus manos... quizás deseches los planes para siempre y solo sientas, vueles, huyas... qué más da.
Arena y lluvia,
y lluvia y cristal,
luz de las farolas,
noche/día...
es la misma cosa.
Todo es magia,
de la que tenemos ya gastada.
Magia y más magia,
somos magos,
brujas, dragones.
Piedra,
agua y verde,
podría vivir solo de ello.
Y besos, y abrazos
y palabras bonitas.
La necesidad de que te quieran,
de querer.
No es una relación,
es un instinto.
Es alquimia.
- ¿Cuántas veces te han hecho el amor llamándote "hermosa"?
- ...
- Normal, los diccionarios marcan el término como uso literario.
Pero no va a llegar esa inspiración, porque algunas cosas simplemente no tienen una explicación. A veces se explican solas. Otras no se explican nunca. La vida es así.
Querías escribir algo bello, y has acabado delante de la pantalla, pensando que la música tiene la respuesta a la idea de una pregunta. Pensando que si no es la música será el tiempo, o los tatuajes, o los libros... Pero eso es procrastinar. Postergar, postergar...
Porque llevas mucho tiempo pensando en que te salvarán, de ti, del mundo, de las dudas... Como si en la vida hubiese un camino (el bueno), mejor que otros, mejor... Como si la felicidad fuese un estado perenne. Pero no lo es. La tranquilidad sí; la felicidad es eso que sientes cuando corres detrás de un sueño, y sonríes, y no piensas en perder o en ganar, porque no te queda aliento, solo sonríes, y corres.
La felicidad es un sueño, es un orgasmo, es no tener barreras.
Los hombres estamos hechos de agua, piedra y verde. Todos deberíamos vivir así. Es más fácil encontrar la felicidad ahí. Es más fácil correr. Es más fácil ser libre.
De pronto tienes veinte -¿cuándo fue, que ya se van?-. Y no sabes qué hacer con tu vida, pero no quieres sentir que te dejaste algo en el camino. Se te está acabando el plan, y los planes de los de tu alrededor... y entonces quizás te quedes sola, y tengas que volver a construir el mundo con tus manos... quizás deseches los planes para siempre y solo sientas, vueles, huyas... qué más da.
Arena y lluvia,
y lluvia y cristal,
luz de las farolas,
noche/día...
es la misma cosa.
Todo es magia,
de la que tenemos ya gastada.
Magia y más magia,
somos magos,
brujas, dragones.
Piedra,
agua y verde,
podría vivir solo de ello.
Y besos, y abrazos
y palabras bonitas.
La necesidad de que te quieran,
de querer.
No es una relación,
es un instinto.
Es alquimia.
¿Cuándo fue, que queríamos ser magos y alquimistas, y nos hicimos científicos y poetas?
- ¿Cuántas veces te han hecho el amor llamándote "hermosa"?
- ...
- Normal, los diccionarios marcan el término como uso literario.
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De cuando la libélula observa su rostro en las aguas
sábado, 9 de marzo de 2013
musas
¿Te falta inspiración?
Ve, y besa.
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De cuando la libélula observa su rostro en las aguas
viernes, 8 de marzo de 2013
The dreamers
Nunca estamos solos.
Podemos sentirnos solos,
pero nunca lo estamos:
los que se fueron son, precisamente,
los que siempre están.
Y hacer el amor no tiene comparación
con cualquier otra variedad del sexo.
En unos meses se me agota el plazo de prueba,
y tendré que entrar,
a la fuerza,
en la veintena.
No habrá excusas para seguir siendo
aquella que se hería,
y justificar con ello mis desensueños.
Quiero dejar mi ciudad blanca,
y ensuciarme en otras aceras,
en otros países.
No quiero morirme sin haber visto
todo lo que mis ojos puedan abarcar.
No se pueden cumplir los sueños
pero podemos recrearlos,
dibujarlos,
escribirlos,
lamerlos,
sentirlos...
Jugar a cazarlos es la felicidad,
pero de eso no te das cuenta hasta el final.
Somos soñadores,
por eso nunca estamos solos,
podremos estar tristes,
y quizás los abrazos no nos curen entonces...
pero nunca estaremos solos.
En cierta medida todos los soñadores
compartimos un cuerpo,
una mente...
como los hermanos siameses que fueron separados
al nacer.
Podemos sentirnos solos,
pero nunca lo estamos:
los que se fueron son, precisamente,
los que siempre están.
Y hacer el amor no tiene comparación
con cualquier otra variedad del sexo.
En unos meses se me agota el plazo de prueba,
y tendré que entrar,
a la fuerza,
en la veintena.
No habrá excusas para seguir siendo
aquella que se hería,
y justificar con ello mis desensueños.
Quiero dejar mi ciudad blanca,
y ensuciarme en otras aceras,
en otros países.
No quiero morirme sin haber visto
todo lo que mis ojos puedan abarcar.
No se pueden cumplir los sueños
pero podemos recrearlos,
dibujarlos,
escribirlos,
lamerlos,
sentirlos...
Jugar a cazarlos es la felicidad,
pero de eso no te das cuenta hasta el final.
Somos soñadores,
por eso nunca estamos solos,
podremos estar tristes,
y quizás los abrazos no nos curen entonces...
pero nunca estaremos solos.
En cierta medida todos los soñadores
compartimos un cuerpo,
una mente...
como los hermanos siameses que fueron separados
al nacer.
...Y no buscamos más
que volvernos a juntar.
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De cuando la libélula observa su rostro en las aguas
jueves, 7 de marzo de 2013
memento mori
Hay formas y formas de acabar una noche.
Acabarla solo siempre es triste, volver a casa, comer algo y acostarte.
El tiempo que tardas en sentirte solo, bajo las mantas.
Hay noches que parecen haber sido así toda la vida,
como si fuese el orden natural de las cosas.
Hay formas y formas de acabar una noche.
Siendo emperador romano, teniendo siempre en la nuca el aliento de la muerte:
memento mori.
Siendo arrastrado por la marea,
siendo secuestrado por un loco,
durmiendo unas pocas horas, sintiéndote triste y solo.
Hay formas y formas de acabar una noche.
Pero, disfrutándola o no,
la noche se acaba.
Vuelve a amanecer y las sombras de lo familiar desvelan rostros nuevos,
desconocidos.
Hay tanto trabajo por hacer...
Tenemos solo veinte años,
(¡coño!)
deberíamos hacer tanto...
viajar tan lejos...
Hay formas y formas de vivir una vida,
pero, disfrutándola o no,
la vida se acaba.
Acabarla solo siempre es triste, volver a casa, comer algo y acostarte.
El tiempo que tardas en sentirte solo, bajo las mantas.
Hay noches que parecen haber sido así toda la vida,
como si fuese el orden natural de las cosas.
Hay formas y formas de acabar una noche.
Siendo emperador romano, teniendo siempre en la nuca el aliento de la muerte:
memento mori.
Siendo arrastrado por la marea,
siendo secuestrado por un loco,
durmiendo unas pocas horas, sintiéndote triste y solo.
Hay formas y formas de acabar una noche.
Pero, disfrutándola o no,
la noche se acaba.
Vuelve a amanecer y las sombras de lo familiar desvelan rostros nuevos,
desconocidos.
Hay tanto trabajo por hacer...
Tenemos solo veinte años,
(¡coño!)
deberíamos hacer tanto...
viajar tan lejos...
Hay formas y formas de vivir una vida,
pero, disfrutándola o no,
la vida se acaba.
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De cuando la libélula observa su rostro en las aguas
miércoles, 6 de marzo de 2013
D(r)econstrucción culinaria
"Ha sido una puta casualidad, o eso te dices para poder seguir adelante.
Que la chica número veintitrés de la que te "enamoras" este mes -y estamos a ocho de marzo- tenga esa fila de lunares en la espalda, igual que los que tenía ella -por todo el cuerpo-, ha sido una puta casualidad.
Lo mismo que con los ojos de la chica nº6, el perfume de la nº12, la forma de recogerse el pelo de la 17...
Que todas tuviesen partes robadas de ella es una cuestión casual. No es como si estuvieses intentando tenerla de nuevo metiendo la polla dentro de cada mujer que tenga un resquicio de su esencia.
Asúmelo, tío, no lo estás superando."
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días de marzo
Despiertas un martes cualquiera a las puertas de la primavera. Es de día, y es martes, pero eso es todo lo que sabes del espacio y el tiempo que te rodea.
Tienes el frío de bajo sábanas que solo puede tenerse en marzo. Es un frío de transición, de falta de ama/or.
Te sientes sola en medio de ninguna parte. En medio de un cielo blanco y gris, de una lluvia cálida y de un viento que eriza la piel y provoca un escalofrío (uno solo).
Sientes la ausencia de un miembro fantasma, quizás un corazón de más... una mente de menos.
Y no te queda valor, y no sabes qué camino de tu vida tomar...
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De cuando la libélula observa su rostro en las aguas
martes, 5 de marzo de 2013
Spring cleaning
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domingo, 3 de marzo de 2013
Día de sol
Domingos luminosos en los que te sientes lejos,
sola.
Este sol que tantísimas veces ha entrado por estos mismos cristales,
en tiempos en los que estaban los que se fueron.
Poner música que llene toda la casa,
e invoque a los espíritus
que vengan a bailar.
Domingos en los que necesitas una declaración de amor.
Ser hermosa,
mudar de piel.
Hoy dormirás sola,
lejos de todo.
Ni triste ni feliz, todavía te estás rompiendo
o arreglando,
aún no lo sabes.
Dame un motivo para quedarme
Dame un motivo para irme
que me queman las distancias
y quizás también los espacios
mientras me convierto en cenizas
ojalá fuese ave fénix.
Este sol
es el mismo que hace años (que parecen cientos)
y ya nos conocemos.
Este sol
entierra el corazón en luz.
Es una pausa entre el invierno.
La esperanza de que quizás sigamos vivos.
Siempre he creído en el sacrificio
humano.
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De cuando la libélula observa su rostro en las aguas
sábado, 2 de marzo de 2013
El mundo se mueve
El mundo se mueve,
contigo (si le acompañas), o sin ti.
Y no duele tanto que pase, quedarse sola,
como sentir que no fuiste lo suficientemente especial para pararlo.
Y no lo eres.
Que es tu padre quien te ama por encima de todas las cosas
y nadie podrá suplirlo, por mucha tierra que eches sobre el asunto,
la tumba no es el vacío,
la tumba es el cuerpo que (no) lo ocupa.
Y ahora solo quieres que te adopten,
que te amen,
que te hagan un pedestal
sobre el que puedas subirte cuando tengas ganas de llorar,
para ver el mundo girar, a tu alrededor
y poder así tocarlo todo.
Pero un sábado de marzo el mundo se mueve,
sin ti.
Y lo seguirá haciendo para siempre
dejándote atrás si no haces el esfuerzo;
si no muerdes, gritas y pateas,
si no sacrificas horas de sueño, comidas y orgullo.
Arrástrate, besa sus pies, reza a un dios en el que no crees.
Pero el mundo seguirá girando,
y las personas a las que no tuviste la fuerza suficiente de mantener a tu lado
se irán.
Y quizás te recuerden en días de octubre,
quizás no se acuerden de tu nombre
o de tu voz (porque esas cosas se olvidan).
Quizás ni siquiera se acuerden de tu cara, pero vendrá a su mente esa imagen
tenue, triste,
de aquella persona a la que el mundo atropelló
y se quedó estancada,
perdida,
entre los lazos de la vida,
queriendo atrapar a otros que la salvasen de sí misma.
Y el mundo seguirá girando,
y tú seguirás perdiendo, cada día, en cada partida.
Porque sabes que existe la luz antes de ti,
y cuando tu no estés
seguirá existiendo.
"...que me clavó la pena de un pecho punzante en el que creí,
y que no me dejó más
que el remordimiento
de haber visto nacer la luz
sobre mi soledad.
E iré a descansar, con la cabeza entre dos palabras,
en el valle de los avasallados."
contigo (si le acompañas), o sin ti.
Y no duele tanto que pase, quedarse sola,
como sentir que no fuiste lo suficientemente especial para pararlo.
Y no lo eres.
Que es tu padre quien te ama por encima de todas las cosas
y nadie podrá suplirlo, por mucha tierra que eches sobre el asunto,
la tumba no es el vacío,
la tumba es el cuerpo que (no) lo ocupa.
Y ahora solo quieres que te adopten,
que te amen,
que te hagan un pedestal
sobre el que puedas subirte cuando tengas ganas de llorar,
para ver el mundo girar, a tu alrededor
y poder así tocarlo todo.
Pero un sábado de marzo el mundo se mueve,
sin ti.
Y lo seguirá haciendo para siempre
dejándote atrás si no haces el esfuerzo;
si no muerdes, gritas y pateas,
si no sacrificas horas de sueño, comidas y orgullo.
Arrástrate, besa sus pies, reza a un dios en el que no crees.
Pero el mundo seguirá girando,
y las personas a las que no tuviste la fuerza suficiente de mantener a tu lado
se irán.
Y quizás te recuerden en días de octubre,
quizás no se acuerden de tu nombre
o de tu voz (porque esas cosas se olvidan).
Quizás ni siquiera se acuerden de tu cara, pero vendrá a su mente esa imagen
tenue, triste,
de aquella persona a la que el mundo atropelló
y se quedó estancada,
perdida,
entre los lazos de la vida,
queriendo atrapar a otros que la salvasen de sí misma.
Y el mundo seguirá girando,
y tú seguirás perdiendo, cada día, en cada partida.
Porque sabes que existe la luz antes de ti,
y cuando tu no estés
seguirá existiendo.
"...que me clavó la pena de un pecho punzante en el que creí,
y que no me dejó más
que el remordimiento
de haber visto nacer la luz
sobre mi soledad.
E iré a descansar, con la cabeza entre dos palabras,
en el valle de los avasallados."
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De cuando la libélula observa su rostro en las aguas
viernes, 1 de marzo de 2013
Oz (Viento de primavera)
A veces siento que lo estoy haciendo mal,
que desando el camino hacia ninguna parte,
que esta piedra dorada no son las baldosas amarillas.
Y luego, de pronto, después de un cielo blanco y triste,
en días como hoy
me doy cuenta de que todo daba igual,
que realmente no es a casa a donde quiero regresar
solo perseguir esa luz,
era gloria,
esa sensación
Que hace que se te erice la piel
y se te encoja el alma en el pecho
y sonrías, y piensas que ya podrías morir
que tu misión está cumplida.
Porque quizás no era el camino correcto lo que nos hacía dioses,
quizás fuese solo el camino,
la piedra,
el sol,
el viento.
Y seremos felices solo dentro de nuestra risa,
de nuestras manos.
Deberíamos amarnos más
el uno al otro,
el uno al uno,
el otro al otro.
Y nunca, nunca, jamás,
dormir solos.
que desando el camino hacia ninguna parte,
que esta piedra dorada no son las baldosas amarillas.
Y luego, de pronto, después de un cielo blanco y triste,
en días como hoy
me doy cuenta de que todo daba igual,
que realmente no es a casa a donde quiero regresar
solo perseguir esa luz,
era gloria,
esa sensación
Que hace que se te erice la piel
y se te encoja el alma en el pecho
y sonrías, y piensas que ya podrías morir
que tu misión está cumplida.
Porque quizás no era el camino correcto lo que nos hacía dioses,
quizás fuese solo el camino,
la piedra,
el sol,
el viento.
Y seremos felices solo dentro de nuestra risa,
de nuestras manos.
Deberíamos amarnos más
el uno al otro,
el uno al uno,
el otro al otro.
Y nunca, nunca, jamás,
dormir solos.
Y ser una amapola,
por eso del rojo y de morir tan fácilmente.
Sentid lo que siento yo
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