A veces se queman cimientos, madera o relojes. Otras veces quemamos las cenizas.
Lo más bello del juego es ver cómo las ascuas se arremolinan con el viento y se van, lejos.
Porque la materia ni se crea ni se destruye, pero con una mano (blanca) en el corazón, yo puedo jurar que la ceniza se huye.
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Llegas a casa y ni te quitas el abrigo. Como si quisieses irte, a otro lugar. A pasear entre el frío que exhalan las baldosas. Esta es otra de las cosas a las que tenemos que atrevernos; pero no lo hago. Muero un poco, me enfrío un poco. Mis brasas se disgregan entre la multitud, parpadeo y brillo antes de apagarme y desaparecer.
Con el sueño, con el gris, con esta lluvia que no es de verano ni de otoño... piensas en que cuando amanezca estarás curada, en llamas... y sino es que no tienes remedio y no quieres curarte.
Es de estas noches de luna fea, en la que ni siquiera te importa que llegue el día o no, simplemente estáis tú y tu abrigo, música. Y nada más.
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Porque yo siempre me rijo por un estricto código cortés.
Me acuerdo de muerte entre las flores. Cierro los ojos.
Me han robado las palabras, no las han copiado, no las han cogido prestadas; ahora ya no son mías, ni ellas ni sus sentimientos, ni la luz que me alumbraba. Quiero robarle la luz a esta llama.
Me han robado las palabras (mágicas) y ahora las usan sin mí. Es la revolución industrial.
Hoy me repliego, ni ascuas, ni llamas, ni chispa. Me repliego hecha barro y cenizas.
Hoy, quizás solo hoy, me duelo de esta luna llena...
...que no me dejó más que el remordimiento de haber visto nacer la luz sobre mi soledad.
(sigues sin quitarte el abrigo quizáhuyasdelpaís)
(sigues sin quitarte el abrigo quizáhuyasdelpaís)
2 comentarios:
Nos embarramos en el fango sin saber que lo mejor está aun por llegar... (Está empezando a florecer el azahar, se huele)
Nunca lo olvides, tienes un don en tus letras.
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