Las mujeres tenemos el don de atar ángeles a la Tierra,
a la tierra.
Porque siempre hemos envidiado,
anhelado,
esas alas, ese sol, ese paraíso.
Las mujeres hemos exterminado toda belleza,
robándola,
haciéndola solo nuesta;
para serlo todo, en apariencia.
Somos diosas y demonios,
más de lo segundo que de lo primero.
Porque no es que seamos malas,
ni queremos destruir,
pero siempre hemos anhelado,
envidiado:
esas alas, ese sol, ese paraíso.
Sirenas que quieren ser salvadas,
y te arrastran al infierno.
1 comentario:
Nunca fui dueño de mis alas,
Eternamente han sido puestas a tus pies,
Nunca sufrire al perderlas,
Eternamente te recordare.
Las alas son un simbolo,
El desapego es el verdadero anhelo.
No puedes robar algo que ya es tuyo.
Publicar un comentario