El mundo se mueve,
contigo (si le acompañas), o sin ti.
Y no duele tanto que pase, quedarse sola,
como sentir que no fuiste lo suficientemente especial para pararlo.
Y no lo eres.
Que es tu padre quien te ama por encima de todas las cosas
y nadie podrá suplirlo, por mucha tierra que eches sobre el asunto,
la tumba no es el vacío,
la tumba es el cuerpo que (no) lo ocupa.
Y ahora solo quieres que te adopten,
que te amen,
que te hagan un pedestal
sobre el que puedas subirte cuando tengas ganas de llorar,
para ver el mundo girar, a tu alrededor
y poder así tocarlo todo.
Pero un sábado de marzo el mundo se mueve,
sin ti.
Y lo seguirá haciendo para siempre
dejándote atrás si no haces el esfuerzo;
si no muerdes, gritas y pateas,
si no sacrificas horas de sueño, comidas y orgullo.
Arrástrate, besa sus pies, reza a un dios en el que no crees.
Pero el mundo seguirá girando,
y las personas a las que no tuviste la fuerza suficiente de mantener a tu lado
se irán.
Y quizás te recuerden en días de octubre,
quizás no se acuerden de tu nombre
o de tu voz (porque esas cosas se olvidan).
Quizás ni siquiera se acuerden de tu cara, pero vendrá a su mente esa imagen
tenue, triste,
de aquella persona a la que el mundo atropelló
y se quedó estancada,
perdida,
entre los lazos de la vida,
queriendo atrapar a otros que la salvasen de sí misma.
Y el mundo seguirá girando,
y tú seguirás perdiendo, cada día, en cada partida.
Porque sabes que existe la luz antes de ti,
y cuando tu no estés
seguirá existiendo.
"...que me clavó la pena de un pecho punzante en el que creí,
y que no me dejó más
que el remordimiento
de haber visto nacer la luz
sobre mi soledad.
E iré a descansar, con la cabeza entre dos palabras,
en el valle de los avasallados."
1 comentario:
Es triste pensar que cuando una persona se va, el mundo no se detiene un segundo para apreciar su marcha o3o
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