lunes, 25 de noviembre de 2013

you raise me up

Que quizás estuvimos perdidos en el camino de la vida,
y quizás no vayamos a encontrar ya nunca aquel camino.
De los domingos que nos quedan,
probablemente nos sigan doliendo todos.
Son días de fantasmas y tardes largas.

Pero cuando escondo mi cara entre las sábanas,
van tus manos a buscarme.
A sacarme de los escombros de mis recuerdos,
a sonreírme con tus ojos que tienen esa luz
del cielo cuando se hace de día.

Que somos lo que somos,
con los jirones del pasado y las alas ajadas.
Que somos esa espalda que no vemos,
y el otro sí. Y es ahí donde nos ama.
Eres esa sonrisa que me rescata de mi infierno.

Y puede que viviese apartada del camino,
con las manos a la espalda y una historia inventada.
Y puede que siempre haya hecho de lo mío, un desastre.
Pero llegaste tú, con tu forma de mirar(me)
y yo no pude más que quedarme (prendida).

Llegaste tú, con esa cama tan estrecha,
a curarme las heridas, las grietas,
y yo a llorar sobre tu cielo nocturno
y tus noches en vela. A vivir para siempre
deudora de esa forma de abrazar, y salvar.



Yo te quiero por los dos,
hasta que te pueda demostrar
qué veo cuando te miro
y vuelvo a tener fe,
a no morir de frío,
a creer en algún
dios.


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