viernes, 30 de octubre de 2009

Bye Octubre.


Doy el rodeo más largo del mundo; encuentro la flor más bonita del invierno.
Me reencuentro con mis fantasmas, y pienso que jamás podré vivir lejos de este frío, de este sol congelado.
El frío y su calidez.

Encuentro la fortaleza para seguir entre el polvo de escarcha de mis pestañas.
Es esta luz que se apaga, que va perfilando mi sombra.

Reando mis pasos, deshaciendo el camino.
Sopla en viento y se desliza por mi cuello. Siento. Las manos frías, la sonrisa tibia.

Me dibujo abrazada a los muros, las baldosas, los cipreses.
Siento más diciembre que octubre.
Noviembre-de-tránsito.
Me lloran los labios, bebiendo ese aire robado. Se esparce mi pelo por el cielo dorado, gris, azul.
Me tiemblan las pupilas de gritar tu canción.

Y te siento en cada brizna de aire.


Miro a todos lo que pasan sin percatarse de la magnificencia del tacto y sabor del metal que soy.
Del espejo y su reflejo, que me acaricia con sus afilados dedos.

Llego a casa y, bajo el agua, me desenredo el viento norte del pelo.
Desanudo la arena de mis tobillos.


"Mírame, soy feliz,
tu juego me ha dejado así.
Consumir, producir.
La sangre cubre mi nariz."

No hay comentarios: