Le pasa, a Lord Nieve, que ve correr el tiempo. Y sé que no olvida los paseos en la estación de trenes. Sé que no olvida haberme visto llorar; las promesas rotas y las veces que llego tarde.
Ni los malos principios, los mejores.
Él no sabe que yo no olvido que, el primer día, no supe si era Yuki o Iurgi, pero recordaba que era un mago. El mago.
No sabe que gracias a su título, que hice mío, cuando voy sola por la calle, veo moverse los tejados y bailar las farolas.
Que siempre ha volado. Siempre.
Y somos la misma cara de monedas diferentes.
Porque nos necesitamos juntos, siendo todos cada uno.
Como cantar la canción de los mosqueperros.
Y cuando bebes de más, y me río.
Y cuando dices quién tiene morbo y quien no, y nos reímos.
Porque somos tan diferentes que ahora somos iguales.
Señor de la nieve, del invierno.
De venir a mi casa los domingos (a ver si vienes, ¿fecha? Noviembre, pos-evaluaciones).
Películas (The libertine, por supuesto).
Café con baileys.
Todo viene y se va.
Vamos a profanar tumbas en calidad HD.
A emborracharnos de luz.
Ahí tienes Yu.
Regla número XXIV
"Que veas a alguien sonreír no quiere decir, ni de lejos, que realmente lo esté haciendo"
(Yuki)
Regla número XIX
"Lo que en Octubre empieza, en Octubre debe terminar"
Sí, con mayúsculas.
2 comentarios:
a pesar de todos, nuestros fuegos artificiales decienden a donde ir a morir.
borrachos de Luz...
arigatou, Inori-san ;)
como os quiero *.*
soy sei creo
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