Cuando todos hayan olvidado incluso que exististes, ella recordará tu nombre.
Lo repetirá con voz trémula cada noche.
Y al amanecer, sin ti, sentirá ganas de llorar.
Cuando se haya difuminado el camino, y tus huellas sean besos sobre la tierra quejamás podrá pisar, ella recordará todas tus direcciones.
Amará el color de tus ojos, aunque cambie con el tiempo.
Y poco le importará si tus manos tocaron a otras, si has vuelto.
Porque ella es una de esas historias, de princesas y dragones.
Atesorará tus cuentos cuando del fracaso queden las ruinas donde se edificará la ciudad de la hiedra.
Porque, si amar sigue siendo un verbo factible más allá del espacio y el tiempo, ella te ama más de lo que te amará jamás el sol que te acaricia cada día.
Y amará tus latidos, tus sonrisas, incluso cuando nadie recuerde tu nombre.
Incluso cuando ella olvide todo...
Y esta es una de esas historias de finales rotos por detrás, como espejos que solían contar la verdad, para evitar que nos cortemos con su fracaso de cristal.
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