martes, 12 de marzo de 2013

resistencia

Lunes de savor, siempre dejan una regusto amargo en el fondo de la garganta. Una tristeza y una soledad inmensas.
Tienen algo roto, algo que no cuaja... No me gustan.

Vuelvo a casa, bella, debería serlo, pero no. Me siento pequeña y rota, me siento deformada ante un espejo (no, no hablamos de la de siempre), por dentro.
Me siento sola. Me siento lejos.
Querría un abrazo, las palabras más bonitas del mundo, sexo.
Querría recuperar aquellos amigos perdidos... desde el primero hasta el último.

Me siento triste porque me siento insuficiente.
Y mala.
Aún no he aprendido a ser y a hacer
las cosas,
bien.

Odio estos lunes.
Odio este peso.
Odio echar de menos, y odio perder amigos.
O sentirlos lejos.

Hoy me siento rota,
vulnerable,
vulnerada.
Hoy quiero que me rescaten,
que me curen.

Reafirmo la teoría de que soy mala,
y estoy rota,
y corrompida hasta corromper.

Mañana no,
mañana no me mires con lástima, porque habré renacido.
Es hoy, solo hoy,
que me siento así,
mal, pesada y sola...

Hoy me creo la mentira,
y me siento sola, y siento que algo hice mal.
Hoy muevo ficha de un juego que duele,
solo porque es un lunes del savor,
y nunca salen bien del todo.

Siempre me ha dolido sentir a la gente lejos.
Hablamos de un dolor físico, de dentro a fuera.

Llévame lejos,
cúrame


que mañana ya me curaré yo
y volveré a ser fuerte.

Buenas noches

2 comentarios:

bull dijo...

Trozos y trozos... Tan pequeños que resulta casi imposible juntarlos pero suficientes para hacernos sentir si, asi, rotos.
Tenemos la capacidad de resurgir y otras veces solo de sobrevivir.

Anacleta dijo...

Me encanta como escribís, y en esta entrada me siento 'representada' por decirle de algún modo; gracias por escribir tan bien :D