domingo, 21 de abril de 2013

En mis ruinas

¿Es amor la masturbación?
¿Es sexo besar?
¿Cómo me recordarás dentro de unos años?
¿Recibiré alguna carta tuya, un martes cualquiera, cuando mi vida se haya vuelto esa triste y monótona lluvia gris de finales de invierno?
¿Sueñas conmigo?
¿Te llegan los mensajes que grabo sobre tus labios con el fuego de mis ojos?

Tengo las piernas ardientes,
el corazón acelerado
y el pecho roto,
partido en dos.
Y por sus grietas se escapa este color, estos gemidos,
bufidos.

Se cuela la música dentro de mí,
los rayos de sol,
el viento,
las risas de aquellos que se fueron.

En mis ruinas habita la hiedra,
pernoctan los fantasmas
de quienes se fueron al mundo de los vivos.
Estas ruinas no le temen al fuego, ni al mar,
porque nada más que los despojos hacen su identidad;
y a más catástrofes
más recuerdan qué fueron,
quién.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Todo final solo deja esas ruinas vacias que alguna vez rebosaron de alegria y amor.

Mientras la soledad te limpia las heridas de tu rodillas para que intentes caminar de nuevo.