lunes, 22 de abril de 2013

Lo(s) de fuera

Mañana queda muy lejos cuando sufrimos esta angustia de vivir, esta necesidad, este reloj de arena incrustado en el corazón.
Mañana será más tarde y mal aún si cabe.
Mañana yo ya no estaré, o no lo estarás tú. Porque soy experta de romper lo prohibido.
Y nunca lo he hecho, pero sé lo bien que se me daría desaparecer, si quisiera, igual que nunca vi una mariposa de la noche morir en la llama de una vela, o un par de libélulas prolongando su estirpe en forma de corazón.

Esta isla me deja la piel de la espalda erizada.
Mi miembro fantasma son las alas, 
los labios ajenos, 
las mantas 
y el sol.

Mañana quizás sea demasiado tarde, quizás nuestro reloj tenga un fin prematuro, quizás de un golpe rompamos el cristal y se desparrame el tiempo.
¿A dónde van los minutos de los que (se) fueron?
Pero hoy ya es así de tarde, ¿qué horas son estas? Casi nos dan las dos.

¿Como algo tan vacío puede pesar tanto?

Lo(s) de fuera es como cuando llega la lluvia de verano, y tú arrancas el tejado para que se inunde la casa.







Se acabó. El odio me royó la razón,
con mi época estoy comprometido.
Y el amor se fue volando por el balcón
adonde no tuviera enemigos.

Y ahora estoy en guerra contra mi alrededor.
No me hace falta ningún motivo;
y es que soy maestro de la contradicción
y experto de romper lo prohibido.

Y por eso los chiquillos ya se acercan a mí,
que intento ser feliz.
Y desde entonces de esta cárcel no me dejan salir,
ni tengo adónde huir.
Voy a hacer un butrón,
que saque la cabeza fuera.

Sigo preso,
pero ahora el viento corre alrededor.
Por mis pecados, sigo preso.
Carne y hueso.
Si muere de hambre el mundo alrededor,
tú y yo, total, de carne y hueso.

Por dinero, los maderos, ¡ay!, van detrás de mí,
que intento ser feliz.
Y abocado, a los tejados, me he mudado a vivir,
por desobedecer,
por ver al Sol salir,
por sacar la cabeza fuera.

Sigo preso,
pero ahora el viento corre alrededor.
Por mis pecados, sigo preso.
Carne y hueso.
Si muere de hambre el mundo alrededor,
tú y yo, total, de carne y hueso.

Necesito saber.
Dime tu nombre,
de dónde sale el Sol
y de qué se esconde.

Si miro alrededor, no puedo comprender, me da pereza.
Si hay algún escalón pa' dar un tropezón, voy de cabeza.
Tú y yo en la habitación para que vuelva Amor: naturaleza.
Hay un televisor en medio del salón. No me interesa.

Vente a la sombra, amor, que yo te espero;
que tengo el corazón aquí con bien de hielo.
Vente a la sombra, vente, amor, que yo te espero;
que tengo ya el cerezo en flor dentro del cuerpo.

Se me cae la casa desde que se marchó.
Y ahora ya sólo espero el derribo,
y es que perdí la pista del eje del salón,
y estoy continuamente torcido.

Y ahora sólo pienso en ella
y no encuentro razones
cuando su recuerdo se me clava entre las cejas,
sueño con melones encima de la mesa.

Buscando mi destino,
viviendo en diferido,
sin ser, ni oír, ni dar.

Y a cobro revertido
quisiera hablar contigo,
y, así, sintonizar.

Sueño que empieza otra canción;
vivo en el eco de su voz, entretenido.
Sigo la estela de su olor,
que me susurra: vámonos, vente conmigo.

Hay un desierto, hay un vergel
lleno de flores de papel.
Pensaba
que sería frío el amanecer.
Te equivocabas otra vez:
Quemaba.

Llegó el verano y asoló la primavera,
y el sol asfixia en tu jardín,
y se le caen los pajaritos a la higuera,
que ya no cantan para mí.

Abrí los ojos para ver;
con el destino me encontré
de cara.

Lo tengo todo a medio hacer.
Me preguntaba si tal vez...
mañana.

Vente a la sombra, amor, que yo te espero;
que tengo el corazón aquí con bien de hielo.
Vente a la sombra, vente, amor, que yo te espero;
que tengo ya el cerezo en flor dentro del cuerpo.

Necesito saber.
Dime tu nombre,
de dónde sale el Sol
y de qué se esconde.

Si miro alrededor, no puedo comprender, me da pereza.
Si hay algún escalón pa' dar un tropezón, voy de cabeza.
Tú y yo en la habitación, para que vuelva Amor: chorros de lefa.
La buena educación de la televisión no me interesa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El vacio de mi ausencia pesa tanto, como las ganas de leerte alejado de tu presencia.

Como pesa lo que no deberia pesar, como esas cargas que fueron faciles de llevar en el principo de una amistad.

Tu sigue escribiendo, yo sigo leyendo.