martes, 3 de junio de 2008

The angel

Él era bello incluso entre los ángeles. Y su fuerza y destreza eran reconocidos entre todos los demás.
En aquella ciudad en la que la belleza no era algo que destacara, sus cabellos de fuego y sus rizos que lamían en viento llamaron la atención del, hasta entonces, más hermoso de los ángeles. Y la envidia es un veneno que corroe los corazones jóvenes, así es que, por motivos que quedaron sin esclarecer, y sin que lo lamentara ninguno de sus compañeros, el ser de cabellos de fuego fue expulsado del cielo y obligado a perecer en las entrañas de la tierra, donde la misericordia del vacío no se mostraba piadosa con la vida.
En la tierra su aroma de luz sembró bosques de vetustos árboles y creó mil ciudades de cristal, y una de hielo y arena.
A él lo guardaron como a un tesoro, encerrándolo en el templo de una belleza comparable a la suya propia. Y allí, en su jaula de oro, lo dejaron marchitar hasta que sus ojos perdieron el color de antaño, y su piel se volvió gris y sus cabellos del color del cielo en invierno... pero eso ya nadie lo veía, porque él había cegado a todos los habitantes de la tierra.

"expulsado del cielo y obligado a perecer en las entrañas de la tierra"

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Y qué si no siento en mis venas la sangre correr?
Tasukete.

2 comentarios:

Kurai Megami dijo...

pobre...
realmente creo que odio bastante a los ángeles desde que leí angel sanctuary... malditos corruptos >___<

muy bonito texto ^^ como siempre

cuidate wapa!

Yuki, Lord Nieve dijo...

si la sangre no late en tus venas, que lata el arie xD