Que, como una Ophelia sin su Hamlet,
buscaría en las profundidades el beso de la muerte.
Sintiendo el agua inundar su alma y desbordar sus ojos.
Como una Ophelia perdiendo la cabeza en mitad del vendaval,
gritando un nombre bajo las aguas,
dormida en su tumba de narcisos.
Volvería a ti vestida de mentiras,
creyendo que me llamas,
para poder morir de nuevo esta noche.
En el agua, a la deriva.
1 comentario:
los trages siempre pesan demasiado.
como las cabezas que saben demasiado
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