Yo me declaro políglota de sentimientos. De ésas que unen las palabras al corazón a base de remiendos, para que cualquier aspirante a intérprete se pierda entre los hilos que envuelven una verdad poco flagrante.
Hoy... yo, me declaro. Hija de todos los pecados, recorriendo de la pereza a la lujuria, la gula de saber, la soberbia de las lágrimas, que se cobran caras, la envidia al espejo, que siempre refleja de espaldas, la ira al despertar sintiendo el frío mordiendo mis pies, y romper fotos, y tirar recuerdos. La avaricia. La avaricia de robar cada mirada, beso y abrazo que no le pertenezcan a nadie; la avaricia de poseer, sólo para mí, un instante.
Pecadora empedernida, sibarita de los placeres más infames... Como devorar una naturaleza muerta, y sentir palpitar la sangre en la manzana prohibida, en el pecado menos original después de tantos pecadores, de tantas faltas y tanto derroche.
Yo me declaro, sin pedir perdón por mis faltas, pues se aferran a mí los errores llenándome la boca del dulce sabor de lo vedado. Renunciando a un dios por adorar lo terrenal, renunciando a un dios por sentir la carne fundiéndose con la carne... renunciando a un dios por vivir lo poco que precede a la condena eterna.
No nos corresponde a nosotros hablar de la salvación ni de lo místico. No nos corresponde situar el cielo en un mapa. Hijos de la tierra, hijos de un acto de lujuria, de soberbia, de avaricia... hijos de los pecados, hijos de Lilith... hijos que ningún dios reclamaría para sí. Hijos de todo, de nada, amos y esclavos.
Yo me declaro.
Y no pido perdón.
Hoy no.
Pecadora, sibarita y mentirosa.
* * * * * * *
Sloth
Vanity
Lust
Wrath
Envy
Greed
Gluttony
- Todo a medias.
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