domingo, 11 de octubre de 2009

Girl next window



Hoy la he visto de nuevo, tras meses de silencios y luces apagadas, ha vuelto.
Todo ha empezado con esa música, la que siempre ponía ella a las noches, la que ponía yo a todas horas; por que ¿cómo no amar aquella música de la que ella no se cansaba nunca?

Hoy, tras días de angustiosa espera, de citas de uno y soledad, ha venido.
La he visto radiante, como siempre, bajo esa luz que es sólo suya.
Sonreía, y no he tenido el valor de preguntarle si por mí, por su música (que sé que dejó aquí, conmigo) o por quien se la llevo tan lejos, de mi lado.

Se acerca a mí, me acaricia, me habla. Se disculpa y, aunque lo hiciese mientras me arranca la vida, la perdonaría. Por supuesto.
Su pelo está más corto, pero sigue oliendo a fresa y menta.

Hoy, al fin, tras días sin ella; tras sentir cómo me quemaba la piel cada segundo sin su voz, ha regresado. Me ha pedido disculpas. Y yo, que siempre la sentía tan lejos tras el cristal, que siempre sentí su presencia como una fotografía de la que uno se enamora, he visto cómo se rompía su marco; ha abierto la ventana, me ha tomado entre sus brazos.


Lo último que he podido sentir mientras todo mi cuerpo temblaba, débil, era como sus lágrimas resbalaban por mi cuerpo mientras me depositaba dentro de mi ataúd plastificado, junto a papeles que escribió de su puño y letra... muero entre sus palabras, muero entre sus recuerdos.

Se ha disculpado porque hizo sol, porque se cayeron las flores que hice nacer para ella... Y ya ni siquiera me quedan hojas que agitar a su paso, a modo de ovación.
Ha regresado y sé que solo para despedirse de mí.
Y yo sonrío y cierro mis ojos, porque llevo mucho tiempo esperándola, por eso sonrío.


... Porque, si la quería tanto, era por su sonrisa.
Esa que sé que esbozaba sólo para mí...


...Si ella supiera que no me mata más que su ausencia... que con ella, puedo vivir del aire...

2 comentarios:

Inédita dijo...

yo puedo ver la estela o eso creo...

Anónimo dijo...

Seria un placer decir adiós, antes que el azar de la vida nos haga partir.

Quizás nunca tengamos ese placer, quizás ni siquiera recordemos el ayer.

Triste, pero es asi.

Angel