lunes, 29 de julio de 2013

Heart of courage

Porque quizás no tenemos el valor para movernos
y nos quedamos así, quietos,
mirándonos a los ojos.
Me sé mejor los colores ajenos
que los míos.
La sonrisa de otros es la propia,
porque es la que se te graba a fuego
en la memoria y es a la que recurres
cuando necesitas un manual
para recordar cómo se hacía.

Por eso queremos al de enfrente
antes que a nosotros mismos.
Por eso damos antes que recibir.
Porque no ten(quer)emos espejos
y es mejor así.
Sabes que vas en la dirección correcta
cuando lloras por la vida de otros
y les pides a tus pestañas
que hagan felices a esos ojos
que no son tuyos
pero están tan dentro
que no tiene sentido mirar
si no es para ver.

Aprendemos a ser felices porque-sí
y entonces  es
cuando puedes curar con las manos
solo aferrándote fuerte a la tabla
que, perdida en el mar,
nos hunde.
No podremos salvar vidas
pero que nadie muera solo.
Que nadie sufra nunca más.
No podremos evitar las injusticias
pero daremos todo lo que podamos
para tratar de arreglar lo que no tiene cura.

Tener el valor que nos faltó para romper,
para mantener,
en arreglar este desastre de vida
limpiando los cristales rotos
la sangre y los gritos
los tragos de más.
Sacar ese valor que no tuvimos
cuando debimos haber(nos) querido (bien)
para ser felices después de caer.
Perdonarnos
Permitirnos
Luchar por causas perdidas.







Se le nota en la voz
por dentro es de colores
Y le sobra el valor
que le falta a mis noches
Y se juega la vida
siempre en causas perdidas

Coraje, y el corazón por delante

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