miércoles, 31 de julio de 2013

Llega usted tarde

Llega usted tarde para la repartición de roles.
Puede ponerse ahí y hacer de arbolito.
No crea que es un papel pequeño,
es la viva imagen de la primavera
que se desangra.
Salió mal esta vez,
ya lo sé.
Es el pago por un Octubre bueno.
¿Y el verano?
Bueno, ya lo ve
entre las dos caras de una moneda.
Puede intentarlo
y sacar siempre treses con sus dados.
No cambiará la suerte que ya fue echada.
Que llegó usted tarde
y no hay más que hablar.
Y bueno, vale,
quizás nunca sea demasiado tarde
siempre podemos besar sus cenizas.
Pero no me diga que es lo mismo
porque lo que buscábamos eran sonrisas.

Y seguro que mira el hueco de mi pecho
con muy poca discreción,
por cierto,
y se pregunta si se puede amar así
cuando las rodillas sangran
y los ojos ya no lloran.
Cuando se llega tan tarde
que perdimos la guerra
aunque se ganase la batalla.
Que el niño que l/reía
creció y se hizo de día en su noche de fiesta.
Atrévase a meter la mano
en la boca del león.
Llega usted tarde,
como todo en la vida
que siempre va tarde y mal.
Pero aún lato,
no se crea.
Precisamente por estar tan al borde
lo poco que queda en pie
se mantiene más fuerte
que aquella torre que quemé.

Ahora que me he puesto la ropa
y quitados los zapatos,
¿viene usted a salvarme?
Gracias a dios que llega tarde,
sino, quizás, habría tenido que cargar
con todos mis pesos
muertos.

El primer paso es querer salvarse a uno mismo.
Llega usted tarde

menos mal
que el mundo sigue igual
y seguimos haciéndolo todo
tarde y mal.



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