domingo, 28 de julio de 2013

Una sola puerta, de tres, abierta.

Carreteras que no llevan a ninguna parte.
Horas y horas de rueda quemada, y sobre ella palabras y más palabras.
Sonrisas y ojos que gritan esa canción que nace del pecho.
Una sola puerta, de tres, abierta.
Pero da igual,
porque derribaremos el muro
nadaremos en el cielo de las diez de un verano
apenas sin dormir.

La playa, fría incluso acabando julio.
Las camas que se separan, queriendo ir cada una a un extremo del mundo.
Las sábanas enredadas,
siempre la 303.
Poner distancias,
huir del nido,
buscar la vida donde nunca has estado
y encontrar gritos,
golpes y besos
y consuelos.
Levantarse con moratones
y sonreír y correr de nuevo.

Arena y el mar.
El sol del norte.
Pelo enredado
y piernas desnudas.

Busca tu momento
saboréalo.
Y sigue el camino
solo por el placer del reencuentro.

Una sola puerta, de tres, abierta
y decidimos tirar la pared


creer.

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