sábado, 12 de octubre de 2013

Realidades alternativas

Cepíllate lo dientes,
mírate al espejo un minuto,
sin decir nada.
Uno no puede llorar mientras se esta cepillando los dientes.
Está comprobado.

Conversaciones que son
como las mariposas nocturnas:
se esfuman con la mañana.
No las puedes ver de día,
quizás nunca hayan existido.

Y yo también,
que me lo creo todo,
a veces me siento como el mar
en una tormenta:
yendo y viniendo,
sin romperme del todo
por mucho que me golpee contra cada roca.

Me ahogo en el fondo de mi garganta,
se cierra y no puedo respirar.
Por eso me cepillo los dientes,
en silencio,
de madrugada,
mirándome al espejo,
mirándome a los ojos
y pretendiendo que esa desconocida
no soy yo.
Yo estoy muy lejos de aquí
bajo alguna tormenta
golpeando las piedras.





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