Hace frío, incluso aquí.
Ni tú, ni él, ni aquel del que no te hablé pueden llenar el agujero.
Echa tierra, remueve el agua, tira las cenizas de una casa.
Puedo engullirlo todo. Hacerlo mío, hacerlo yo.
Diría que vuelves a no pertenecer a nada ni a nadie.
Pero volver es un verbo de retorno; implica una separación de la situación que tú jamás has experimentado.
No perteneces a nada. Y esta noche, de nuevo, eres más consciente de ello.
Ni aquí, ni allá.
Te alimentas de pasado y vomitas el presente.
Como un drogadicto rechazando medicinas y engullendo pastillas.
¿Te sientes sola? ¡Ja! No estás sola... estás vacía, que es lo triste.
Vacía, desesperanzada, idiota...
Estás... y más te valdría no ser verbo copulativo, porque los haces llorar.
Eres una idiota.
Y, por primera vez desde hace mucho, te vas a acostar llorando.
./clap a mí.
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