martes, 29 de septiembre de 2009

.Nihon.



Viene a ser un martes cualquiera.
Las calles demasiado llenas. Me siento casi japonesa entre tantos extranjeros en su país.
Sentada, cruzo las piernas, comienzo la sesión privada de música.
Las mejores recopilaciones.
Cada canción lleva adjunta información: El nombre de quien la descubrió, su imagen, su voz.
Bebo de todo, por todos, de todos.
Brindo por ti.

Sonrío, sola, por la calle.
Ya no me pesan las cadenas, se enreda la hiedra por mi columna vertebral.
Caen las hojas perennes, sorprendidas... se llama esperanza.

Suena el móvil. Canta su suave melodía y calla.
Nadie siente como yo esa música.

**

Hace mucho que no siento un mediodía nevado.
Una calle abarrotada.
Calor cuando hace frío.

Necesito un viaje, ya.

2 comentarios:

Ferran Vega dijo...

Una escapada a Bangkok cuando usted quiera, ma'am.

Anónimo dijo...

La libertad anhelada y la soledad odiada, por quienes no han aprendido a valorar su equilibrio.

Ese equilibrio que te lleva a pensar en la insaciable felicidad. ^^