Bailas
por cada puerta quebrada
por cada noche de frío
y cada espejo velado.
Bailas
por la luz
y las tormentas
de verano.
Bailas
por saldar la deuda
por honrar la vida
por hacer sonreír
a un dios olvidado.
En cada paso se abre el suelo
y brotan de él
las semillas no germinadas
de años de una vida enterrada
asfixiada
bajo el peso de lo que quieren
esperan
ansían
otros
de nosotros.
Las caderas invocan otras pieles
alguien para el viaje
una mano para no caer
un compañero de baile.
El pecho al cielo
para que emane de él
la risa
la vida
la celebración de un futuro
brillante y soleado
libre
de las cadenas del esclavo.
Los brazos
alabanzas y oraciones
agradecidos a los dioses
queriendo llegar al cielo
para que nos escuchen los durmientes
y los ausentes.
Bailas
e invitas a vivir
a los que fueron y serán
a los que son.
Se cuela la luz por las rendijas de los muros
florecen los árboles más ocultos
se enciende la chispa
se propaga el fuego.
Bailas
y cada golpe de tierra es un latido en un pecho
que ha encontrado una salida.
Bailas
y cada contratiempo
es un aliento que se coge:
un impulso y un silencio
para llegar al cielo,
el momento de tensión antes de romper
romper
romper.
Bailas
porque no hay palabras
porque la libertad no se puede comprar
porque te haces grande
como un dios dorado
invadido por la música
poseído por la danza
siglos de historia a tus espaldas
que cargan con el peso de los hijos
descendientes y herederos
de tu sonrisa de sol
de tus pasos de libertador.
Bailas
para salvar la vida
para ofrecer salidas
para demostrar
a cuantos puedan soportar el destello de la libertad
que existe un camino
entre la tierra y el contratiempo
por el que vivir
sin huir
sintiendo
saltando
pisando.
Bailas
para hacer sonreír a los dioses
para complacer a quienquiera que plantase la llama en un pecho tan ajeno
Bailas
porque llevas el fuego
robado para los mortales
prohibido para los esclavos
Como un titán fugitivo
transcribes un mensaje universal
la voz de la civilización
el grito de un pecho abierto
el sueño de un niño herido
la promesa de un hombre enamorado
y la plegaria de un joven en la oscuridad
Bailas
como si fuese una necesidad
como si pudieses, bailando,
invocar el fuego del sol
en cada espectador.
Bailas
porque conoces el camino del oro
y el secreto de la vida
Has ido y has vuelto de los infiernos
y traes la respuesta y una sonrisa:
Bailas.